No puede ser de otro modo que +CU reivindique, unidos con Teruel, que el tramo Cuenca-Teruel de la A40 se acometa de una vez por todas y que lo sea bajo estándar de autovía, en ningún caso de carretera nacional mejorada.
Es por ello que +CU se une y comparte plenamente las alegaciones de Teruel Existe frente al anteproyecto de terminación de la autovía A40.
Y es en este sentido que en las alegaciones presentadas se afirma: «La autovía Cuenca-Teruel se desarrolla por una de las zonas con peores indicadores económicos y sociales de España. Dentro de este panorama, la autovía Cuenca-Teruel se adapta al objetivo del logro de una mayor cohesión territorial y social en el territorio».
Parece ya una mala costumbre que las grandes infraestructuras de comunicación se corten en nuestra provincia.
Así ha ocurrido con el cierre del ferrocarril convencional, ya que únicamente ha sido cerrado el tramo conquense de la línea Madrid-Valencia.
Del mimo modo ha ocurrido con la autovía A40, programada como gran eje de comunicación, que lo es en la provincia de Toledo, y que literalmente muere en Cuenca en un «fondo de saco» incompatible con el valor para el desarrollo de los ejes de comunicación que, si se cortan, dejan de comunicar y vertebrar el territorio.
Es sin duda la terminación de la A40 una reivindicación de Cuenca, entre otras muchas, tan antigua como desoída.
Se demuestra en las alegaciones al anteproyecto, y en la moción de eje mediterráneo interior defendida por Tomás Guitarte en el Congreso de los Diputados, la enorme potencialidad de esta infraestructura, al vertebrar nuestra provincia en el conjunto de ejes viarios de nuestro país.
Y lo cierto y lo grave es que Cuenca ha sido históricamente aislada a pesar de su posición de centralidad geográfica en el eje Madrid-Valencia.
Ni la autovía A3 Madrid-Valencia articula la provincia, al no pasar por su capital, y otro tanto ocurre con la A40, que «muere» en Cuenca y pierde con ello, como decimos, toda su potencialidad para el desarrollo.
Estamos ante un ejemplo palmario, no el único evidentemente, que demuestra que Cuenca necesita de voz propia en defensa de sus derechos e intereses ante los gobiernos nacional y autonómico. Todo ello en el marco del pacto de estado de lucha contra la despoblación que promueven los partidos de la España Vaciada, y que tiene en las infraestructuras de comunicación un pilar ineludible.