En toda sociedad hay empresas o entidades públicas con fallos en su funcionamiento. Un ejemplo deslumbrante es lo sucedido con los errores en la medición de los túneles, por parte del Ministerio de transportes, movilidad y agenda urbana. Un Ministerio complejo, que no aclaró si la chapuza de los túneles fue cometida por su empresa pública RENFE o ADIF. Esta incertidumbre inicial, refleja que la falta de transparencia es una estrategia empresarial para tapar graves deficiencias. Una opacidad cultivada, que se revela en que la responsable de ADIF, Isabel Pardo de Vera, y el de RENFE, Isaías Táboas, ocultan durante años el fallo de los túneles a la ministra Raquel Sánchez, que se informa por la prensa.
El grotesco descubrimiento de que los treinta y un trenes encargados a la empresa CAF, no habrían cabido por los túneles de las rutas de Cantabria y Asturias, tuvo rápidamente consecuencias. Unas manifiestas, como que Cantabria y Asturias no tendrán trenes hasta el año 2026 y que la ministra, a instancia del presidente de Cantabria, Revilla, cesa a Táboas y a Pardo de Vera. La consecuencia latente, no buscada por las personas de ADIF y RENFE cesadas, es que los túneles se han convertido en el símbolo de la incompetencia de las empresas públicas del Ministerio de transportes, movilidad y agenda urbana.
Visto desde Cuenca, el desastre de los túneles refleja los peligros de la escasa fiabilidad técnica, la ineptitud burocrática y el secretismo. A estas alturas, nadie duda en la provincia (salvo el alcalde de la capital y la CEOE), de la falta de profesionalidad de los técnicos de ADIF. Lo grave es que el porvenir de los trabajadores de Cuenca todavía está en sus manos. Así que habrá que vigilar que la empresa pública no vulnere los derechos de los trabajadores o les penalice ocasionándoles más sufrimiento innecesario.
Por otra parte, se plantea la cuestión de si la ciudadanía de Cuenca debe aceptar que las mismas personas que se equivocaron midiendo túneles, diseñaran el proyecto de clausura del tren y que los fondos europeos (NextGeneration) no se inviertan en la modernización del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia. Siendo de general conocimiento la adiestrada incompetencia y dudosa fiabilidad de los dirigentes de ADIF, se echa de menos contar con un presidente de la región dispuesto a exigir la revisión de la clausura de la línea y del plan alternativo, de la cesada Pardo de Vera, en beneficio de la CEOE.
A falta de que el presidente Page esté dispuesto a “pelear a muerte por el tren”, la ciudadanía de Cuenca debe luchar por la dignidad de la provincia, consciente de que la línea tiene un valor intrínseco y que en el ferrocarril está el futuro. Con este objetivo, la Plataforma en defensa del ferrocarril de Cuenca, ha redactado un recurso de reposición solicitando que se revoque el Acuerdo adoptado por el Consejo de ministros el día 21 de febrero deL 2023, que decide la clausura del tramo ferroviario entre Tarancón y Utiel.
Para recoger firmas de apoyo al recurso, celebraremos el plante trigésimo primero (31), en la plaza de España de Cuenca (frente a subdelegación del gobierno), el próximo martes 21 de marzo a las 18.00 horas. Es de justicia, que la ciudadanía firme el recurso de reposición, exigiendo al Gobierno que revierta su decisión y modernice el ferrocarril que atraviesa la provincia de Cuenca, de la misma manera que se renuevan en Cantabria y Asturias líneas férreas, que discurren por zonas montañosas de una enorme dificultad, por su orografía y sinuosidad.
Fernando Casas Mínguez