Mi amiga Luz, empresaria agrícola y enamorada de Cuenca, está indignada. No entiende que pagando impuestos cierren un ferrocarril que beneficia a una provincia vaciada y nos impidan viajar gratis, ahora que padecemos esta catastrófica crisis energética. Quizá por ser una luchadora infatigable, ha tenido un sueño encantador sobre el tren. Con su permiso lo voy a compartir, porque nos puede animar a seguir la lucha.
Soñó que a lo largo de este año 2022 se celebraba “un consejo de gobierno imaginario, en un lugar de la alcarria, que adoptaba decisiones importantes, para la vertebración territorial y el desarrollo sostenible de la provincia de Cuenca”. El consejo de gobierno decidía “solicitar al Ministerio de Transportes (MITMA) que vuelva a otorgar la consideración de interés general a la línea férrea Madrid-Cuenca-Valencia”. Además, acordaba “mejorar la línea de ferrocarril, para favorecer la comunicación de los núcleos rurales de las zonas despobladas”. Así que la renovación del ferrocarril pasaba a ser asunto prioritario, por generar empleo en telecomunicaciones, electrónica, industria, astronomía, geofísica e informática.
Para emprender la mejora del ferrocarril, “el gobierno recurría a los fondos europeos que financian infraestructuras de transporte” (Conectar Europa, Recuperación y Resiliencia y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional). Gracias a esta aplicación de fondos europeos en la línea Madrid-Cuenca-Valencia, la región tendría un tren de pasajeros moderno, que utilizando la última tecnología Euro IIIB, puede reducir hasta un 90% las emisiones contaminantes.
Por otra parte, “considerando la importancia que revisten el patrimonio histórico, cultural y el paisaje, el gobierno regional acordaba inversiones en todas las estaciones de la línea, por su valor intrínseco, como parte de nuestro patrimonio arquitectónico y cultural, que es necesario renovar y proteger". Según Luz, “el gobierno ha entendido que la combinación del tren con turismo cultural, promoviendo en las estaciones talleres de arte, artesanía y exposiciones temporales, puede ser un catalizador que atraiga gente joven, estimulada por el modelo de turismo sostenible, mediante la integración del patrimonio cultural en las políticas relativas al medio ambiente, el arte y la arquitectura”. También soñó “impulsar los parajes de las estaciones, invirtiendo los fondos del Instrumento Next Generation EU, que permiten financiar pymes de la Unión Europea (nunca empresas caribeñas) con planes de promoción cultural, agroturismo, turismo de aventuras, cicloturismo, incentivando proyectos de “bicicleta-tren”, combinados con otras ofertas para actividades al aire libre, incluidos el turismo rural o de montaña”.
Sobre las decisiones de este consejo imaginario informaban -en el sueño de Luz-, el presidente y la portavoz del gobierno de Castilla-La Mancha. Ambos empezaban sus intervenciones agradeciendo “las valiosas aportaciones de las asociaciones ciudadanas (Plataforma en defensa del ferrocarril público y social en Cuenca y Pueblos con el tren) y de las personas que han participado en los escraches en defensa del ferrocarril, realizados frente a la Casa del Pueblo de Cuenca”. Luego recalcaban, que el gobierno había diseñado sus políticas públicas “para solucionar los verdaderos problemas de la gente que vive en las zonas despobladas”. Y que la Junta “consciente de que sus recursos son limitados, los iba a invertir con justicia y racionalidad, para conseguir un desarrollo regional equilibrado”.
Continuaban, la portavoz y el presidente, su fantástica intervención, subrayando que “el gobierno regional nada tenía que ver con el modelo corrupto del ´capitalismo de amiguetes`, vigente en otras comunidades, cuya preocupación máxima era favorecer los resorts internacionales y las empresas de aventuras, domiciliadas en paraísos fiscales, como Puerto Rico y Costa Rica. Y acababan expresando su entusiasmo, porque “los conquenses vamos a disfrutar del tren más limpio del mundo, con una tecnología que democratiza el transporte, haciéndolo accesible a todos, digno de todos y gratuito, durante los cuatro primeros meses”.
Pues bien, deseo rendir mi homenaje a Luz, luchadora infatigable, que reivindica su derecho a soñar la defensa del tren (como transporte público, social y sostenible) y proyecta un modelo de turismo cultural con tren, para proteger el ecosistema y favorecer una digna calidad de vida. Por ella y las personas luchadoras que sueñan, estaré el próximo martes, 13 de septiembre, del año 2022, a las once de la mañana, frente a la denominada Casa del Pueblo de Cuenca.
Fernando Casas Mínguez