La contratación de personal cada dos meses para que adecente el punto limpio y la gestión directa con una planta de tratamiento para que se lleve la basura que se acumula en él puede llegar a costarle a un ayuntamiento tan modesto como el de Carrascosa del Campo, de algo más de un centenar de habitantes, cerca de 8.000 euros anuales, una cantidad, “muy importante para nuestro presupuesto”, señala su alcalde, José Antonio Cana. Por los problemas económicos que supone el mantenimiento de estas instalaciones, pero sobre todo el ambiental, grandes acumulaciones de basura en las inmediaciones de los pueblos, el primer edil de esta localidad manchega ha reclamado a las instituciones, en concreto a la Junta de Comunidades y a la Diputación, que destinen más recursos para solucionar este grave problema, sobre todo, en las localidades más pequeñas, “en el caso de Carrascosa, tenemos el punto limpio a 4 kilómetros del pueblo y en él depositan todo tipo de objetos no sólo vecinos de mi municipio, sino de otros de alrededor”. José Antonio Cana también hace un llamamiento a un uso cívico de la infraestructura, “pero el problema real que tenemos los pueblos pequeños es que no disponemos de personal para garantizar la limpieza de estos puntos de una manera continuada”, explica.
La implantación de puntos limpios en la provincia de Cuenca lo gestaba la Diputación Provincial en el año 2008 bajo la presidencia del socialista Juan Ávila. La planificación inicial aspiraba a que todos los municipios contasen con una instalación de este tipo, “pero cuando se conciben estos proyectos y se gasta dinero público en ellos hay que pensar también en cómo se van a gestionar a través del tiempo”, apunta el alcalde de Carrascosa, “no es lógico que se construyan y que la responsabilidad de su correcto funcionamiento y las consecuencias que se puedan derivar de su mal uso sea responsabilidad ahora de los ayuntamientos que, encima, no tenemos recursos”, insiste José Antonio Cana.
Y es que, lejos de ayudar a los Consistorios y aliviar uno de sus problemas, la carga económica que les trae aparejada los puntos limpios, el actual gobierno de la Diputación provincial decidía el pasado mes de septiembre, con los votos socialistas a favor y los de los diputados del Partido Popular en contra, una subida en las tasa que los municipios tienen que pagar por la recogida y tratamiento de los residuos sólidos urbanos, “en unos momentos especialmente complicados, en los que las administraciones provincial y regional deberían de colaborar con los alcaldes demostrándonos lealtad institucional y apoyar a los vecinos que vivimos en el mundo rural lo único que nos encontramos son cada vez más dificultades”, continúa José Antonio Cana. El alcalde insiste en que la gestión de los puntos limpios no puede seguir así, “con estos auténticos vertederos de basura en el campo porque también dañan nuestro medio ambiente” y cree que ha llegado el momento de modificar y cambiar el planteamiento inicial con el que, hace más de 12 años, se concebían estas instalaciones, “ha quedado demostrado que no son prácticos y sí una auténtica carga para los Ayuntamientos más modestos. Por ello, necesitamos una mayor implicación de otras instituciones para que cumplan su función”, concluye José Antonio Cana.