Desde hace veintiséis años cada 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Su objetivo fue establecer un mensaje claro de toma de conciencia de la situación desfavorable en la que se encuentran estas personas, asumiendo el reto de conseguir medidas encaminadas a mejorar su calidad de vida, su integración en la sociedad y en lo referente a la igualdad de oportunidades. Este año bajo el lema “El valor de la unidad” el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-Mancha (COFICAM) se une a las reivindicaciones del colectivo.
La discapacidad es una condición que afecta el nivel de vida de un individuo o de un grupo. El término se usa para definir una deficiencia física o mental, como la discapacidad sensorial, cognitiva o intelectual, la enfermedad mental o varios tipos de enfermedades crónicas. Castilla – La Mancha cuenta con 140.823 personas con discapacidad física, psíquica y sensorial valoradas con un grado de discapacidad igual o superior al 33%.
Dentro de la discapacidad, el Fisioterapeuta puede ayudar a pacientes con enfermedades o trastornos de origen neurológico, como epilepsia, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, personas con trastorno del espectro del autismo, enfermedades cardiovasculares, enfermedades sistémicas, esclerosis múltiple, Parkinson, infecciones, tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, entre otras muchas.
En este contexto, “la Fisioterapia y la labor del Fisioterapeuta, resultan imprescindibles como instrumento de integración, adaptación y mejora de vida de aquellas personas con capacidades distintas, ayudándoles a superarse día a día tanto a nivel físico como emocional”, afirma Jesús Reyes, vicepresidente de COFICAM.
La labor del Fisioterapeuta es esencial para la mejora de la calidad de vida de estas personas tanto en las actividades de la vida diaria en casa, en el trabajo, como dentro de cualquier ámbito o espacio en el que se encuentran a diario y en el que interactúan y se relacionan. El fisioterapeuta será el encargado de establecer un tratamiento individualizado o grupal de ejercicios con una finalidad terapéutica, siempre adaptado a las necesidades, capacidades y grado de tolerancia al ejercicio del individuo, y así intentar luchar para mantener o alcanzar el máximo de movilidad y autonomía durante todo el ciclo vital.