El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) ha iniciado una escuela de salud de dermatitis atópica para las personas que la sufren, y las familias que tienen un miembro con esta patología.
El encuentro está a cargo del servicio de Dermatología, en colaboración con Alergología, del Complejo Hospitalario de Universitario de Toledo, que es dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, cuyo objetivo final es que los pacientes tengan los conocimientos adecuados para poder manejar esta afección de la forma más llevadera posible; y educar a las familias de los pacientes para que tengan una comprensión correcta de la dermatitis atópica.
La previsión es realizar la escuela tres veces al año, con sesiones de entre una hora y media a dos horas, en la que se llevarán a cabo conferencias educativas para los padres a cargo de dermatólogas, alergólogos y pediatras del propio hospital, así como talleres para los niños en los que se les enseña a manejar los síntomas y los brotes.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel causada por múltiples factores genéticos y ambientales que tiene una incidencia significativa en bebés y niños. Se presenta como áreas de piel enrojecida y escamosa, con picor, irritación y sequedad que cursa con brotes donde los síntomas son más severos.
La naturaleza crónicamente recurrente de esta enfermedad y las experiencias de tratamiento insatisfactorias, causan frustración y decepción en los pacientes y sus familiares, lo que a su vez puede influir negativamente en el curso de la enfermedad.
Sin embargo, las familias muy a menudo no saben mucho acerca de la afección ni de sus consecuencias. Desde este punto de vista, una de las consideraciones más importantes es la educación familiar en el tratamiento adecuado de la dermatitis atópica.
El propósito principal de la escuela es aumentar el conocimiento sobre la enfermedad, mejorar las habilidades de manejo de los padres con respecto a sus hijos con dermatitis atópica, e impactar positivamente en el curso de la enfermedad y la calidad de vida de la familia.
En ella los asistentes aprenderán que no hay ningún tratamiento que cure la enfermedad, pero que hay mucho que se puede hacer para controlarla o para evitar que empeore.
Una de las acciones más positivas es el cuidado de la piel con un tratamiento adecuado para este tipo de atopia que pueda hidratar la piel seca, restaurar la barrera protectora de la piel y calmar el picor sin añadir más irritación. El cuidado debe realizarse a diario, aunque no haya síntomas de irritación, picazón, enrojecimiento o sequedad, pues el éxito de este tratamiento es su continuidad.
Para complementar esta acción preventiva con respecto a las fases de brotes, es importante evitar los desencadenantes. Estos desencadenantes producen una irritación inmediata, lo que conduce a la picazón, enrojecimiento e incluso a heridas.
Los desencadenantes pueden variar de persona a persona, pero generalmente son los jabones y detergentes químicos, los tejidos de lana y sintéticos, las costuras de la ropa interior, algunos cosméticos y perfumes, una baja humedad, o incluso el agua caliente.
Las intervenciones educativas han sido recomendadas y utilizadas durante mucho tiempo como un método de tratamiento complementario clave para los pacientes con dermatitis atópica con el fin de mejorar la eficacia de la terapia.
Porque no hay manera de saber si esta enfermedad de la piel desaparecerá con el tiempo o si será de por vida, lo que hace que el tratamiento sea muy importante para evitar que empeore.