Están a punto de cumplirse cuatro décadas desde que la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo señalara el día de hoy, 27 de septiembre, como Día Mundial del Turismo, una celebración que adquiere un especial significado en regiones como la nuestra, Castilla-La Mancha, donde esta actividad cumple un objetivo mucho más allá del económico y actúa a la vez como un elemento dinamizador de la sociedad y como un eje vertebrador de nuestro territorio.
Castilla-La Mancha es un territorio con un extraordinario potencial en materia turística por la variedad de oportunidades que ofrece para el viajero que la visita. La región cuenta con un importante patrimonio monumental, histórico y cultural, pero tiene además en el arraigo de sus costumbres y tradiciones y en la amplitud y la calidad de su gastronomía elementos fundamentales que añadir a una oferta turística que debe convertirse en un eje estratégico en el desarrollo del territorio, aspirando siempre a la excelencia y buscando alcanzar los estándares más elevados de competitividad a través de la profesionalización de una actividad que debe subrayar la singularidad de Castilla-La Mancha como destino de interior, para que las cifras del sector turístico continúen la senda de crecimiento que han emprendido en los últimos años.
La necesidad de hacer del turismo un sector estratégico en nuestro territorio no pasa sólo por los motivos económicos que se desprenden de la actividad en sí, sino de la capacidad de ésta de dinamizar la sociedad y vertebrar el extenso territorio de nuestra comunidad a través de acciones conjuntas que permitan que el patrimonio cultural e histórico de nuestros pueblos y ciudades, y también sus tradiciones, sean una herramienta eficaz para luchar contra el despoblamiento desde la sostenibilidad, una herramienta para el desarrollo de las economías rurales a partir de la eficaz gestión de sus recursos patrimoniales.
El reto de la excelencia debe marcar la hoja de ruta del turismo en la región en el presente y en el futuro a corto, medio y largo plazo. Es una meta ambiciosa, pero no puede emprenderse de otra manera el camino iniciado de convertir a Castilla-La Mancha un destino turístico de calidad, para que todo el potencial de recursos con los que cuenta la región llegue al viajero que pisa nuestros senderos, alza la vista ante las huellas de nuestra historia y degusta el arraigo de nuestra gastronomía en medio de la plenitud que ofrecen nuestros recursos naturales. Esa búsqueda de la excelencia nos acercará al objetivo de que todo aquel que visite Castilla-La Mancha lo haga sabiendo que siempre es una tierra a la que volver.
Patricia Franco Jiménez
Consejera de Economía, Empresas y Empleo