Un gesto con el que, tal y como subrayó el primer edil, se pretende recuperar la figura del olmo en el lugar tradicional de encuentro como en tantas plazas de innumerables pueblos de España.
Este sencillo, pero significativo acto, se completó enterrando junto a las raíces del nuevo olmo una vasija de barro, que a modo de urna contenía los nombres manuscritos de todos y cada uno de los asistentes, trasladando así a las generaciones venideras el testigo de la protección de nuestro medio natural y de nuestra identidad.
Dichos ejemplares son fruto de la donación hecha por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente al Ayuntamiento de Villar de Domingo García de 3 olmos resistentes a la grafiosis para su plantación en el municipio, concretamente de la variedad autóctona “ulmus minor” que es la misma a la que pertenecían los que desaparecieron en los últimos años por culpa de dicha enfermedad.
Estos olmos, que han sido cultivados en los viveros del Centro Nacional de Recursos Genéticos Forestales de Puerta de Hierro en Madrid, forman parte del Programa Nacional de Conservación y Mejora de los Recursos Genéticos de los Olmos Ibéricos, que inició en 1986 el Ministerio, en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, como respuesta a la mortalidad generalizada de las olmedas españolas.
Tras más 30 años de actividad continuada, el programa español se sitúa como pionero en la conservación y mejora de los olmos a nivel internacional. Los resultados obtenidos han permitido sentar las bases necesarias de conocimiento para el éxito de un programa de conservación y mejora genética. Se trata de la primera vez en Europa que se obtienen ejemplares autóctonos de esta especie resistentes a la grafiosis.