El concierto contó con sendos estrenos de dos compositores conquenses, Pedro Pablo Morante y Manuel Murgui, escritos por encargo del Trío Eduardo del Pueyo. Morante presentó dos de las cinco piezas que compone su obra Abstractio. Son obras escritas para varios instrumentos a solo y en conjunto camerístico, basadas en objetos, obras de arte, hechos o personas en las que el autor refleja sus impresiones, pensamientos, interpretaciones, esencia o abstracción sobre cada tema propuesto. La número 3 Júcar II-XII, toma como referencia dos cuadros de Fernando Zóbel de la serie Orillas-Júcar: Abstracción lírica y Romance del agua. Por su parte, la número 5 se refiere al cuadro de Bonifacio Alfonso, Figuras sobre negro: Arquitecturas sonoras y abstracción fónica.
Manuel Murgui ha compuesto La Cuenca de la luna negra, en noviembre de 2016. Está inspirada en un breve cuento anónimo del mismo título, que narra las vivencias de un viajero atemporal por un desierto en busca de algo incierto y cuyas experiencias le hacen reflexionar sobre su propia existencia y la del mundo que le rodea. La Cuenca de la Luna Negra es una pieza evocadora, que pretende estimular la imaginación del oyente y situarlo en un mundo abstracto y lejano, un desierto imaginario del medio oriente en busca de un oasis personal, una búsqueda vital necesaria, casi obligatoria, que dé sentido a la existencia.
El programa del concierto del Trío Eduardo del Pueyo contó también con piezas de Enrique Fernández Arbós (1863-1939), Joaquim Malats i Miarons (1872-1912) y Ernesto Halffter Escriche (1905-1989). El sentimiento posromántico, de pasión controlada y esperanza, junto con la influencia del folclore español, caracteriza la música de estos autores, de cuya esencia han bebido los compositores conquenses Morante y Murgui,
Con estas dos nuevas obras estrenadas se engrosa el patrimonio musical creado por una generación de compositores conquenses que con el paso de los años será reconocida por su calidad compositiva, su proyección nacional y su sinceridad creadora.