Las fiestas, que se iniciaron el pasado jueves y se prolongarán hasta el martes, están protagonizadas por un bando de moros y por otro bando de cristianos, cuyos componentes van ataviados con trajes de época y armados con trabucos, con los que a lo largo de los festejos disparan unos 1.500 kilos de pólvora.
Las celebraciones han llegado hoy a su "día grande" con el desarrollo de la "Procesión de Dichos", en cuyo transcurso los respectivos jefes la compañía de moros y de la compañía de cristianos (también denominados "Generales de Dichos") se enfrentan en tres combates verbales.
Todos los años se repite el mismo ritual, en el que los dos generales montados a caballo declaman unas estrofas de origen desconocido en las que se ratifican en sus creencias religiosas y atacan a las del enemigo.
El ritual establece que el primero de estos encuentros debe ser ganado por los moros, que capturan al "Santo Niño" y le colocan un turbante en la cabeza, mientras que el segundo lo gana el bando de los cristianos que recuperan la imagen y proceden a cambiarle el turbante por un sombrero.
Por último, en el tercer encuentro el "General de Dichos" de la compañía mora sale al encuentro del cristiano para pedir perdón ante el "Santo Niño" y convertirse al cristianismo, tras de lo cual ambos bandos pasan a la iglesia parroquial para celebrar la misa, en la que el bando cristiano cede el sitio de honor al musulmán.
A lo largo de los seis días de las fiestas se desarrollan habitualmente diversos actos lúdicos y religiosos, en los que siempre están presentes las descargas de pólvora, salvo en el caso del primero y del último día de festejos.
Los estudiosos de esta manifestación cultural y religiosa, que está declarada de "Interés Turístico Regional" desde 1990, sitúan el origen del evento en el siglo XV, en el marco de las luchas que terminaron con la conquista del Reino de Granada por parte de los Reyes Católicos.
Debido a sus especiales características, hay investigadores que consideran que se trata las fiestas de moros y cristianos más antiguas que se celebran en España y son, además, unas de las primeras del año en el calendario.
Según la tradición, las fiestas fueron implantadas por uno de los señores del condado de Valverde a su vuelta de las guerras que originaron la caída del reino nazarí, aunque el documento más antiguo que deja constancia de su celebración es de comienzos del siglo XIX. EFE
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