El templo, de una sola nave con acceso al sur y rematada en su extremo oriental por un ábside semicircular con cripta, mide 30 m de longitud y más de 9 m de anchura. Está construido con gruesos muros de calicanto que soportarían una cubierta de madera a dos aguas en la zona de la nave y una bóveda de yeso sobre el presbiterio y el ábside. Corresponde a la iglesia descrita en los libros de Visitas de la Orden de Santiago del siglo XV que podría datarse por sus características constructivas a mediados del siglo XII. Tras el abandono de la población hacia el 1350 como consecuencia de la Peste Negra, la iglesia perduró hasta al menos mediados del siglo XVI transformada en ermita dependiente de la encomienda de Horcajo.
El edificio presenta un buen estado de conservación, con alzados de más de 2 m de altura en parte de su perímetro, lo que permite augurar que su excavación futura deparará resultados espectaculares.
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo hasta el momento en el marco de un proyecto de investigación bajo la dirección del arqueólogo Ignacio Hortelano permiten confirmar la entidad de la población, que fue dotada desde muy pronto de un templo capaz de albergar a una numerosa feligresía. El hallazgo de un edificio de carácter productivo en la parte más alta del yacimiento que probablemente estuvo destinado a la elaboración de vino y de restos de otras construcciones anejas que todavía permanecen por excavar comienza a revelar el elaborado entramado urbano con que fue diseñado el asentamiento.