Han indicado que "numerosos testigos, sorprendidos por su brillo", se hicieron eco del evento en redes sociales, sobre todo desde Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía.
El fenómeno pudo ser registrado por los detectores que la Universidad de Huelva opera en el complejo astronómico de La Hita (Toledo), Huelva, Sevilla y el observatorio astronómico de Calar Alto (Almería).
Estos detectores, que trabajan en el marco del proyecto Smart, monitorizan continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.
De acuerdo con el análisis llevado a cabo por el profesor José María Madiedo (Universidad de Huelva), investigador responsable del Proyecto Smart, esta bola de fuego se generó al entrar en la atmósfera terrestre una roca desprendida de un cometa.
Los cálculos realizados por el astrónomo indican también que la velocidad de la roca era de unos 120.000 kilómetros por hora, por lo que ésta se volvió incandescente al entrar en contacto con el aire, produciéndose así la bola de fuego a unos 110 kilómetros sobre la vertical de la localidad de Santa Olalla del Cala (Huelva).
Desde ese punto la roca avanzó rápidamente en dirección suroeste y se extinguió la bola de fuego sobre la provincia de Sevilla, en un punto próximo a la vertical de la localidad de El Castillo de las Guardas.
Tan sólo unas horas más tarde, ya en la madrugada del día 30, otras dos bolas de fuego menos brillantes cruzaron la Península.
La primera lo hizo a la 1:10, de nuevo sobrevolando el sur del país, se inició a unos 98 kilómetros de altitud sobre el Atlántico, frente a la costa onubense, y se extinguió en las proximidades de la vertical de la localidad de Lepe (Huelva), a casi 38 kilómetros de altura.
La última bola de fuego se registró sobre Castilla-La Mancha a las 2:37 de la madrugada y, al igual que el meteoro detectado hace tan sólo dos días (en la noche del 27), se inició sobre el norte de la provincia de Albacete y finalizó sobre el sur de Cuenca.
No obstante, se ha constatado que ni la bola de fuego registrada el día 27 ni las detectadas esta pasada noche guardan ningún tipo de relación entre sí, pues las rocas que las generaron proceden de cometas diferentes. EFE