Para Prieto Segóbriga tiene especial relevancia y ha constituido una decidida apuesta de la Diputación en los últimos años con importantes inversiones como la iluminación del parque, la reconstrucción del criptopórtico o la consolidación de restos arqueológicos mediante un taller de empleo, a lo que hay que sumar los cerca de 200.000 euros previstos para el futuro Museo de los Epígrafes.
Una decidida apuesta que, en su opinión, ha quedado más que patente en los algo más de dos años de gestión del Parque Arqueológico por parte de la Diputación y que espera continúe, confiando en que el Gobierno regional cumpla su compromiso de negociar un nuevo convenio.
Por ello, el presidente de la Diputación ha querido mostrar su agradecimiento por la visita de los dos ministros a este importantísimo recurso cultural de nuestra provincia, ya que considera que “la puesta en valor de nuestro patrimonio puede ser un gran instrumento para el turismo y el futuro desarrollo económico de nuestra provincia”.
Pastor y Catalá han podido conocer así el Parque Arqueológico de Segóbriga y, en especial, la última actuación acometida a través del programa del Ministerio de Fomento antes conocido como ‘1% Cultural’, que consistió en la primera fase de la consolidación y adecuación del Anfiteatro, centrada en la Cavea Sur. Obras que supusieron una inversión de 1,7 millones de euros, financiada en un 75% por el Ministerio de Fomento y en un 25% por el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Una primera intervención que Prieto espera no sea la última con el fin de completar, a través del programa ’1,5% Cultural’, la consolidación de este Anfiteatro Romano, que en su día contó con un aforo máximo de 5.500 personas.
Obras y hallazgos
Esta actuación en el Anfiteatro supuso la excavación arqueológica en la Cavea Sur, la formación de un pasillo de circunvalación por fuera del muro exterior ubicando bajo rasante una galería de drenaje e instalaciones, fosa séptica y depuración de aguas, pabellón de control de acceso e instalación de aseos soterrados.
En la obra también se tenía en cuenta la posibilidad de diversos hallazgos arqueológicos; algo que finalmente se produjo. No en vano, durante los trabajos arqueológicos se ha documentado un tramo de muralla edificado hacia mediados del siglo I a. C. y salida de una cloaca de aguas pluviales. El lienzo de muralla se adapta en su construcción a las curvas de nivel del terreno preexistente y se sitúa al sur del anfiteatro. Discurre paralelo al muro exterior de construcción del graderío sur y está cortado hacia el este por dicho muro.
Se diferencian tres tramos que alcanzan los 39,64 metros de longitud y, en algunos puntos, los 6 metros de alzado. Conserva los agujeros para la colocación de un andamio provisional, conformado por una pasarela de madera suspendida de nivel, necesario durante los trabajos de construcción de la muralla, que delimitan lienzos de 1,30 m de altura en el alzado total.
El espacio situado entre la muralla cesariana y el anfiteatro fue rellenado con una
escombrera o vertedero de época de Vespasiano hacia el 70 d. C., bien fechado por el abundante material cerámico, sobre todo de producciones de terra sigillata gálica. Se han recuperado cerca de 90.000 fragmentos de material arqueológico, en fase de estudio.
Los trabajos arqueológicos han proseguido realizando el estudio funcional del edificio antiguo, lo que ha permitido llevar a cabo su restauración de la manera más fiel posible. Ahora se sabe que la parte superior del graderío (summa cavea) fue de madera y que la altura del muro del balteus fue de 2,10 m, destinado a separar la parte inferior del graderío (ima cavea), donde tomaron asiento las clases sociales elevadas, de la parte superior, destinada a los estamentos sociales más desfavorecidos. También han permitido conocer las puertas de acceso diferenciadas a ima y summa cavea desde el exterior del anfiteatro con arcos y túneles, además de que en la zona central del graderío, en la parte baja junto al podio, se sitúo una tribuna con asientos reservados y que se realizaron espectáculos con animales, a tenor de las evidencias arqueológicas documentadas en el podium, donde se colocó un sistema de redes.
Pero la visita de los ministros no se ha reducido exclusivamente al Parque Arqueológico de Segóbriga, de la que, por cierto, han quedado maravillados, sino que han aprovechado su estancia en la zona para conocer de cerca el conocido como ‘El Escorial de la Mancha’: el Monasterio de Uclés. Ambos, siempre acompañados por el presidente de la Diputación; el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio; y el subdelegado del Gobierno en Cuenca, José Montalvo, han podido recorrer este maravilloso vestigio de nuestra historia, además de conocer de primera mano los cientos de detalles que atesora.