En la actualidad, la medición del dolor se mide a través de métodos subjetivos mediante las escalas analógicas visuales. Lo ideal sería poder disponer de un método objetivo que permitiera medir el dolor que padecen las personas para poder ofrecer los mejores cuidados. En la primera parte del estudio se revisó la bibliografía existente y se encontraron cinco sustancias analizadas en la saliva que estaban relacionadas con el estrés y con el dolor.
Partiendo de estos resultados, se realizo un estudio de investigación que consistió en analizar estas sustancias, todas juntas y en sujetos normales para valorar su variabilidad y su repetitibilidad encontrando en los resultados que las más potentes son la Inmunoglobulina A secretora y la fracción soluble del receptor II del TNF alfa. Esta parte del estudio ha sido llevada a cabo a través de la financiación de Esteve. Ahora vamos a iniciar el estudio del comportamiento de estas sustancias en pacientes con dolor agudo postquirúrgico. En función de los resultados que se obtengan podremos concluir si estas dos sustancias podrían definirse como biomarcadores de dolor.