Cuando una persona ingiere anisakis y es sensible al mismo puede presentar sintomatología cutánea (picor, rojez, habones) o sistémica (dolor abdominal, vómitos, sensación de ahogo, mareo, etc.).
Además ha subrayado que todos los procesos de fotodermatosis y las reacciones de fotosensibilidad también suelen repuntar en verano debido al aumento de la exposición al sol.
El alergólogo también ha recordado que los pacientes que sufren urticaria ‘a frigore’ (enfermedad manifestada como picor, rojez y habones cutáneos) con los cambios repentinos de temperatura, al acudir a la playa y hacer inmersiones bruscas, pueden sufrir exacerbaciones.
El Dr. Moreno ha recordado que los neumoalergenos “pueden jugarnos una mala pasada en la costa pues los ácaros del polvo son mucho más abundantes en regiones próximas al mar que en el interior”.
Debido a esto, pacientes con rinitis, conjuntivitis o asma por alergia a ácaros pueden empeorar de sus síntomas durante sus vacaciones en la costa.
También ha subrayado que en las próximas semanas comenzarán a polinizar las malezas (chenopodium y salsola), que tras gramínas, olivo y cupresáceas ocupan un lugar destacado en el origen de la rinitis, conjuntiitis y asma de causa alérgica
Para terminar ha dicho que ante cualquier síntoma el mejor consejo “es no automedicarse y acudir al médico de Atención Primaria para que éste lo examine y lo remita al alergólogo si lo considera necesario”.