Los datos acumulados del otoño e invierno muestran un descenso del 6% por debajo de la media. El otoño de 2014 fue muy húmedo, con una precipitación media de 197 milímetros, pero el invierno ha sido seco, por debajo de esa cifra, y con una distribución desigual.
El alergólogo ha matizado que existe una relación directa entre las precipitaciones del otoño e invierno y los recuentos de pólenes de gramíneas durante la primavera.
Por ello, la recopilación de estos datos, junto con otros factores climatológicos como la temperatura y la humedad, “nos ha permitido establecer el nivel de intensidad de esta primavera, en diferentes zonas geográficas, en colaboración con el Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla La Mancha”.
En este sentido, ha explicado que en Cuenca las alergias más frecuentes son las debidas al polen de gramíneas, tanto en su variedad salvaje (phleum, poa, etc.) como en las cultivadas (polen de avena, cebada, trigo o centeno entre otras), seguido en orden de importancia por la alergia al olivo.
En la región las especies que más síntomas producen son gramíneas y olivo y en el resto del país, en orden decreciente son, gramíneas, olivo, ciprés, salsola, plátano de sombra y parietaria.
El Dr. Moreno ha recordado que “se calcula que entre un 23 y un 25% de la población de Cuenca padece algún tipo de alergia. Aunque la mayoría de los pacientes son jóvenes esta enfermedad puede aparecer en cualquier edad y no existe diferencias entre sexos en cuanto a la incidencia”.
Los síntomas más característica de la alergia se manifiestan a nivel nasal (picor, congestión, estornudos, moqueo); bronquial (tos, sensación de falta de aire, pitidos en el pecho); y ocular (congestión, enrojecimiento, lagrimeo). Suelen tratarse con antihistamínicos, descongestionantes nasales tipo corticoide o vasoconstrictor, colirios oftálmicos y broncodilatadores.
El alergólogo ha relatado como la patología alérgica dificulta en muchos aspectos la vida diaria de los pacientes. “Por ello es importante que el paciente sepa a qué tipo de polen es alérgico y minimizar al máximo el contacto con él usando gafas de sol, evitando las salidas al campo o no bajando las ventanillas del coche”.
Respecto a las vacunas de inmunoterapia ha señalado que “deben considerarse siempre como una herramienta terapéutica de primer orden en el manejo de los pacientes alérgicos”. Consisten en la administración de dosis crecientes del alérgeno o mezcla de alérgenos causantes de la alergia.
Es el único tratamiento que actúa en el origen del problema, disminuyendo los síntomas de la enfermedad y produciendo tolerancia e inmunidad ante la exposición del alérgeno.
Así mismo ha apuntado que múltiples estudios farmacoeconómicos realizados tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos, “avalan la inmunoterapia subcutánea y sublingual como tratamiento coste efectivo de las enfermedades alérgicas”.
Para finalizar, el gerente del Área Integrada de Cuenca, Javier Godoy, que ha acompañado al Dr. Moreno en la rueda de prensa, ha subrayado que el consejo más importante para cualquier persona es que “no se automedique y acuda a su médico de Atención Primaria cuando aparezcan los síntomas, para que éste lo examine y lo remita al alergólogo si lo considera necesario”.