Evidentemente el motivo de estas medidas es ahorrarse algo de dinero recortando en educación pública. Se trata de deteriorar lo público y potenciar lo privado en línea con las medidas de carácter neoliberal adoptadas hasta ahora. Sin embargo financiar los costes de la enseñanza de la religión en centros públicos es algo imprescindible. Si tan buenos resultados produce cerrar las escuelas unitarias o los centros incompletos y tan satisfechos están los padres lo lógico sería cerrarlos todos. Creemos que sería mucho más acertado, por el contrario, invertir más en los centros rurales en lugar de cerrarlos mientras se producen dispendios y otros malos usos del dinero público a los cuales no me quiero referir porque son de sobra conocidos.
También se ha tratado de ahorrar cuando se suprime el programa de gratuidad de libros de texto sustituyéndolo por una ayuda de 120 euros para las rentas más bajas que ni siquiera sirven para cubrir el coste de un lote de libros escolares que supera, en la práctica, los 200 euros por término medio. Y es que nuestros gobernantes se acuerdan para lo que quieren de nuestra Constitución y olvidan lo que les interesa. Esta vez han olvidado el artículo 27.4 según el cual “la enseñanza básica es obligatoria y gratuita”. Como también se olvidan del derecho al trabajo, a una vivienda digna o de la obligación que todos tenemos de tributar y de que el sistema fiscal sea progresivo, también preceptos constitucionales. Otras CC.AA. mantienen el programa de gratuidad y 6 han decidido reutilizar los libros de texto, algunas del PP.
Otro gran logro es la aprobación del decreto de plurilingüismo que pretende implantar secciones bilingües en todos los centros en el plazo de cinco años. Medida esta que, según una reciente encuesta, goza del rechazo del 75% del profesorado, con el que no se ha contado. El consejero Marín presume de que al llegar ellos había sólo 200 colegios bilingües y que cuando termine la legislatura serán cerca de 500. Se trata simplemente de propaganda política puesto que las condiciones en que se trata de formar a los docentes no son las idóneas, no hay mucha preocupación tampoco por la metodología adecuada para enseñar en otro idioma. No se menciona en este decreto a los auxiliares de conversación ni se tiene en cuenta el hecho de que se están empezando a detectar en
el alumnado de secciones bilingües lagunas importantes en las materias que se imparten en otro idioma. Podríamos encontrarnos con profesores que apenas hablan inglés dando clases en esa lengua. Y si es difícil aprender, dado el bajo nivel de lectura comprensiva de nuestros alumnos, cuando se enseña en la lengua materna mucho más difícil sería aprender en una lengua que ni los alumnos ni los profesores dominarán bien.
En Equo apostamos por una educación pública de calidad, apoyamos el desarrollo y fortalecimiento de la red educativa pública y la reducción progresiva de los colegios concertados con financiación pública. Pensamos que la educación es el cauce para transformar el modelo actual, promoviendo una sociedad más justa, más sostenible, más democrática y más solidaria.
Miguel Ángel Villalvilla Soria
EquoCuenca