El Diario Oficial de Castilla-La Mancha publica en su edición de hoy, miércoles 28 de mayo, una Resolución de la Dirección General de Cultura, por la que se da inicio al expediente que tiene por objeto la declaración como Bien de Interés Cultural de la iglesia parroquial de la Virgen de la Luz de la capital conquense con categoría de Monumento.
A partir de esta publicación se abre un periodo de información pública para que todos los que tengan interés en el asunto puedan examinar el expediente y alegar lo que consideren oportuno en el plazo establecido de un mes a contar desde el día siguiente a la fecha de publicación de la Resolución en el DOCM.
Tal y como se detalla en la Resolución la iglesia es “un ejemplo sobresaliente del patrimonio cultural de la región por ser un edificio que revolucionó la arquitectura conquense mediante la introducción del barroco más radical y creativo de la ciudad”.
Según ha explicado el delegado de la Junta en Cuenca, Rogelio Pardo, se trata además de un edificio que cuenta con un gran arraigo en la ciudad por albergar a la patrona de la capital, la Virgen de la Luz, y por su estrecha relación con la Semana Santa, además de por estar situada en uno de los rincones más bellos de la ciudad junto al río Júcar en el barrio de San Antón”.
Pardo ha mostrado su confianza en que la tramitación del expediente se desarrolle con normalidad y que muy pronto se pueda anunciar la declaración del templo como un nuevo Bien de Interés Cultural en la ciudad de Cuenca.
La iglesia de la Virgen de la Luz fue iniciada por Fray Agustín de Montalbo en 1523 y terminada por José Martín de Aldehuela en 1764 en estiló rococó. Tiene planta de cruz latina, presbiterio elevado y coro a los pies. Cuenta con balcones a los lados del presbiterio, decoración de estucos y pinturas de gran calidad.
En los retablos de la iglesia se pueden encontrar imágenes religiosas procesionales realizadas por escultores como Marco Pérez, Fausto Culebras o Collaut Valera que desfilan en Semana Santa.
La declaración como BIC de la iglesia supondrá que estará sujeta a la máxima protección y tutela, y su uso estará subordinado a que no se ponga en peligro su conservación y sus valores.