Los obstáculos artificiales tienen un gran impacto sobre las especies piscícolas autóctonas del río Júcar y contribuyen a la expansión de las especies exóticas. Esta cuestión fue puesta de manifiesto en otro estudio también realizado por la UPV en el río Júcar aguas abajo del embalse de Alarcón en 2009, que determinó que las poblaciones de especies autóctonas del Júcar, principalmente el barbo, representan un 18 % frente al 82 % de las especies exóticas, principalmente gobio, alburno y percasol. Igualmente este estudio reveló que las poblaciones de barbo se encuentran en declive, de manera que si las condiciones de gran alteración del hábitat continúan, el barbo del Júcar podría desaparecer de este río, lo mismo que ya pasó con la Loina o Madrilla del Júcar.
El estudio presentado el pasado sábado evaluó 9 azudes en la provincia de Cuenca y 14 en la provincia de Albacete. El estudio concluye que la mayoría de los obstáculos son infranqueables para los peces autóctonos, lo que impide la adecuada movilidad de los mismos afectando a su reproducción y comprometiendo la sostenibilidad de las poblaciones. Además los azudes alteran el hábitat potenciando a las especies introducidas, debido a las aguas remansadas.
Se puso de manifiesto que la riqueza de peces nativos del Júcar se puede mejorar con sencillas medidas como la eliminación de estos azudes, en la mayor parte de los casos de minicentrales hidroeléctricas abandonadas hace muchos años. Por tanto procedería por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar la extinción de derechos sobre estos azudes y proceder a su demolición. Esta cuestión debería ser recogida en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar que se está tramitando y que actualmente se encuentra en proceso de información pública. En aquellos casos de azudes con derechos vigentes se deberían crear pasos para peces adaptados según el obstáculo, como indica el estudio.
Este tipo de estudios ponen de manifiesto que se disponen de la base científica necesaria y de los medios para trabajar para la conservación del río Júcar, tan sólo se requiere la voluntad de las administraciones responsables, la cual debería ser exigida por la ciudadanía.
Tanto el seminario como el estudio han sido financiados y desarrollados desde el proyecto de cooperación EFLUS II en el que participan diversos Grupos de Desarrollo Rural, en aplicación del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEDAER) con la cofinanciación del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente y La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.