El Equipo de Gobierno asume que hubo un “defecto de forma” a la hora de adoptar esta decisión”. Si bien, rechaza categóricamente las acusaciones del Grupo Municipal Popular, que hace referencia a la intención de “enchufar trabajadores”.
En este sentido, insisten en que la única motivación del Equipo de Gobierno fue “optimizar los recursos de los que dispone el Ayuntamiento de Cuenca y situar a los trabajadores donde en ese momento eran necesarios para sacar adelante la gestión municipal de la mejor manera posible, respetando en todo momento que esas personas eran empleados de la empresa pública SIMC y no funcionarios y planteando una reubicación temporal de los mismo”. Trabajadores que, en cualquier caso, volvieron a sus puestos originales a principios de este año, cuando dejó de requerirse sus servicios.
Críticas que, han querido recordar, “vienen de un grupo que hace escasamente dos años estaba en el Gobierno y cuya gestión será recordada, entre otras cosas, por el aumento exponencial del número de altos cargos que hubo en el Ayuntamiento en aquellos años, uno de ellos el propio hermano del alcalde”. Cargos que hoy se han eliminado, como las tres direcciones generales, el asesor de desarrollo local o tres puestos de gerente.
Por todo ello, piden al Grupo Municipal Popular que dejen de “mentir sobre la gestión de personal con la única idea de sobresaltar a los trabajadores, generarles inquietud y viciar el ambiente de trabajo del Ayuntamiento”.
Finalmente, desde el Equipo de Gobierno lamentan el “desprecio” con el que el Grupo Municipal Popular se refiere en su nota de prensa a los empleados de la antigua SIMC, hoy “Aguas de Cuenca”, denominándolos “meros trabajadores de una empresa municipal.”, en detrimento de los empleados funcionarios, pues “aunque de categorías laborales diferentes, todos los empleados del Ayuntamiento de Cuenca y de sus organismos autónomos o empresas públicas merecen el mismo respeto”.