Los riesgos forman parte por definición del ámbito de la incertidumbre y las probabilidades. Negar los riesgos del ATC insulta la inteligencia de los conquenses, cuestión distinta es la discusión sobre bases científicas sobre el alcance y probabilidad de los mismos.
Creo que es una obligación ciudadana conformar el propio criterio sobre los asuntos públicos que nos afectan a todos. Para acometer tal deber ciudadano, en lo que al mal llamado almacén temporal centralizado se refiere, he seguido el siguiente método: desconfianza respecto de la versión oficial, multiplicar las fuentes de información y utilizar el sentido común.
Cada vez que las autoridades llaman a la calma yo me pongo nervioso, y me parece lamentable el espectáculo de políticos bañándose en aguas supuestamente contaminadas, comiendo chuletas por las vacas locas o pepinos por la crisis provocada por los alemanes. Igual de lamentables que me han parecido las declaraciones del Alcalde de Villar de Cañas negando el carácter inundable de los terrenos del ATC bajo el argumento de que ni tal hecho ha acaecido en los últimos años y que puede dar fe de que no va a acontecer en los próximos 200 años, o 500, que ya no me acuerdo. Informes técnicos objetivos y contrastables es lo que debemos exigir de las autoridades.
Es evidente que esta instalación entraña riesgos, su propia justificación lo dice, ya que su carácter centralizado se postula precisamente para centralizar los riesgos del almacenamiento de este tipo de residuos, que alternativamente podrían permanecer diseminados en emplazamientos contiguos a las centrales nucleares.
Por tanto, una vez almacenados en Cuenca, si algo va mal, va mal en Cuenca, únicamente en Cuenca. Pero no deberíamos olvidar que en el proceso de concentración de estos residuos en el almacén centralizado, se van a producir múltiples traslados de material peligroso por tren y carretera, punto este en el que, por escala, nos alejamos del modelo holandés, traído constantemente a colación, con viajes incluidos para comprobar in situ sus bondades.
A los riesgos derivados de la cadena logística y de manipulación, muy extensa en volumen de material transportado, 7.000 toneladas entre los actuales y los futuros, y en distancias recorridas, debemos sumar los de conservación, ya que no se trata de un almacenamiento pasivo, pues las instalaciones necesitan refrigeración permanente.
Sumemos también los riesgos de la manipulación y la experimentación para una eventual reutilización del material radiactivo de alta actividad en las instalaciones del centro tecnológico, cuya función es precisamente esa, el reciclaje del material radiactivo almacenado.
Sobre el almacenamiento, la cadena logística, y las actuaciones de manipulación y reutilización, gravitan en forma de probabilidad a futuro tres tipos de incidentes críticos: los errores humanos y de la tecnología y conocimiento disponibles, los de la naturaleza y los derivados de acciones terroristas.
El hecho de que sea baja la probabilidad de que tales riesgos se manifiesten en forma de incidentes críticos, no significa que su gravedad para la vida humana y el entorno natural y social no sea muy alta.
Jesús Neira Guzmán