En dicha carta los científicos solicitan (entre otras cosas): "Que se detenga la elección de un emplazamiento para el ATC hasta que se alcancen las condiciones sobre seguridad de los residuos, consenso institucional y territorial, elección democrática y acertada técnicamente del emplazamiento y fin de la producción de residuos nucleares".
Así mismo, los científicos afirman que "...el proceso de selección está mostrando desde el principio, acentuado en su fase final, graves problemas respecto a la imposición de criterios “políticos” por encima de técnicos, cuando se trata de una instalación que requiere de un especial tratamiento técnico respecto a la elección del lugar en lo relativo fundamentalmente a condiciones geológicas –entre otras sísmicas, de estabilidad de materiales e hidrogeológicas–"
Para los firmantes existen riesgos en el centro tecnológico asociado: "En caso de incidentes, dependiendo de la cantidad de radiación, los daños a la salud de estas radiaciones IONIZANTES, es decir con capacidad para romper enlaces celulares, según los expertos en Protección radiológica podrían ser los siguientes: " Con dosis muy bajas o moderadas, las radiaciones ionizantes aumentan la probabilidad de contraer cáncer y que esta probabilidad aumenta de la misma manera que lo hace la dosis recibida". Otro tipo de efectos podrían ser problemas de piel, caída del cabello, náuseas, diarreas, fatiga, dolores de cabeza, esterilidad temporal, enfermedades que afectan a varios órganos e incluso la muerte."
En cuanto a los aspectos sociales los autores de la misiva exponen que: "...el gobierno ha desestimado totalmente la posibilidad de incluir la participación ciudadana y el consenso en los municipios vecinos en el proceso. Sirvan como ejemplo el hecho de que los plenos de presentación de candidatura de los distintos municipios se realizaron a pocos días del cierre del plazo, sin hacer público el motivo ni convocar a la ciudadanía, de manera extraordinaria y en horario poco común".
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