La escritora madrileña Belén Gopegui presentó ayer en la Biblioteca Pública Fermín Caballera su última novela Acceso no autorizado ante una sala que se fue llenando en su totalidad de personas y de preguntas.
Ana Cruz, candidata al Congreso por Izquierda Unida-Los Verdes, invitó a toda la ciudadanía conquense a conocer de primera mano la obra de la comprometida y luchadora escritora Belén Gopegui, quien estuvo dispuesta a responder a cualquier pregunta que se hizo no sólo de su novela sino de las relaciones del poder y el arte.
“De una manera clara, cercana, Belén nos ha enseñado esta tarde que la cultura es universal, que la mayoritaria obedece a intereses comerciales y partidistas, que hay otra tipo de artistas que no caben en los cánones institucionalizados. La libertad que te da el conocimiento es la que nos permite ser personas” comenta Ana Cruz, para quien “la autora es experta en meterse en la piel y la cabeza de sus personajes, en bucear en los contextos para conseguir que los lectores estemos dentro de la obra sin darnos cuenta, pensando y siendo lo que piensan y sienten los y las protagonistas”.
Confiesa Belén Gopegui que ha tenido que experimentar con la informática para poder crear los personajes hacker que aparecen protagonizando su novela, junto a ellos, la vicepresidenta del gobierno de España ante el problema de las cajas de ahorro, “aquí hay que destacar el carácter profético de Belén, que se anticipa a lo que meses después de publicar su obra ocurre inmediatamente en este país, la privatización de las cajas y la traición del partido socialista al interés público” expresa la candidata de IU-LV.
De una manera cordial, sin tapujos, Belén expuso, citando a Tolstoy, que el arte debe servir para estar bien y ser feliz no sólo uno mismo sino la mayoría, quienes nos rodean, por eso está en contra de la propiedad intelectual, colabora con el periódico digital Rebelión y anima a que se usen las redes internautas mientras se puedan porque pronto será muy caro.
A lo largo de su novela queda claro cómo el poder es más violento gracias a la tecnología de que dispone, pero a la vez cómo esta tecnología facilita el conocimiento y favorece que se sepa incluso lo más escondido y ocultado a la mayoría. “No hay prisión sin defectos” dice antes de referirse a una mujer, escritora, que le ha enseñado mucho, Carmen Martín Gayte, de quien aprendió que decir “no” supone decir “sí” a muchas otras cosas, “cuando Carmen dijo “no” a entrar en la Real Academia de la Lengua lo dijo porque no entendía cómo no se le había ofrecido a María Moliner, entonces quería decir “sí” a otro modo de ver la institución” contó como anécdota y pasó a firmar ejemplares a la gente que asistió divertida y rebelde ayer en la biblioteca.