En artículo salido en prensa el viernes 29 de septiembre, el CSI-F acusaba al sindicato STE-CLM de haber roto la unidad sindical, por convocar una huelga para el 5 de octubre de forma unilateral. Convocatoria a la se han sumado CC.OO y FETE-UGT, en coherencia con la política de recortes y deterioro de la educación pública; sobradas razones refrendadas por las diferentes asambleas provinciales, y que en Cuenca, el día 22, contaron con la aprobación de la mayoría del profesorado, estando el voto favorable de los representantes de los cinco sindicatos, entre ellos CSI-F.
La unidad sindical, como recurso, debe dirigirse al logro de los fines que motivan esa unidad de acción. La unidad sindical, para otros fines distintos corrompería todo el proceso, convirtiendo esta unidad sindical en esclavitud o sometimiento, si no en otra argucia con ocultos intereses.
STE-CLM, hizo suya la demanda del profesorado surgida en las asambleas de movilizar al profesorado y tomó la iniciativa de la convocatoria, como otras veces han sido otras organizaciones las que lo han hecho. Fuera de cuestiones de protagonismo o de oportunidad, en este caso sirvió para que los sindicatos se reafirmaran claramente en el compromiso con los objetivos que la unidad sindical buscaba: la marcha atrás en la política de recortes y la defensa de la educación pública.
Más allá de los discursos que cada uno pueda contar, en su derecho están, lo importante son los hechos. Tres organizaciones guardan coherencia con su deber de representación y defensa de los trabajadores y trabajadoras, y la educación pública. Y dos organizaciones (ANPE y CSI-F) no se adhieren a la movilización, considerando que no hay motivos suficientes, o no es el momento.
Es difícil comprender que ante la aplicación de medidas --como la modificación de los horarios, por las que dos horas complementarias pasan a ser lectivas, significando ello, no una mejora de la educación, sino un empeoramiento de las condiciones de trabajo, al restar recursos humanos a los centros, sin olvidar la gravedad de enviar al paro a 900 profesores, y otras medidas anunciadas en el Plan de Garantías de los Servicios Sociales Básicos--, algunos sindicatos consideren que se está negociando (ANPE) y no procede la huelga, o que sería un coste añadido para la economía, ya tocada, de los docentes (CSI-F). Sendas respuestas, o coartadas, no nos convencen, y menos cuando la voluntad de un buen número de docentes nos han marcado este objetivo: ¡Este Plan hay que pararlo ya!
Vemos como la política de la Consejería se fundamenta en dos principios: el primero, la crisis económica, una coartada perfecta para una política neoliberal de recorte de los servicios públicos, como ya han anunciado abiertamente los dirigentes del PP; el segundo, el miedo, el de la amenaza de quiebra, el que hoy en día, lamentablemente, flota en todos los rincones de una sociedad engañada y una función pública convencida de que no tenemos derecho a quejarnos.
Por todo esto, la huelga del día 5 no es el final de un proceso reivindicativo, es la primera oportunidad para que digamos: No me resigno, no tenemos MIEDO.
Santiago Langreo
Comisión de Coordinación
Secretariado de STE-CLM
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