El presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, destacó la importancia de la unidad ante adversidades y la relevancia emocional de la Semana Santa. Anunció el próximo Museo de Semana Santa y abogó por un cambio en el modelo económico de las hermandades, enfatizando la caridad y el trabajo comunitario.
“El año pasado aprendimos que se sobrellevan mejor las adversidades si estamos unidos y que la Semana Santa es, por encima de todo, un sentimiento tan arraigado, puro, íntimo y a la vez colectivo, que transciende a todos y a todo haciendo que esta ciudad siempre esté unida en torno a su gran tesoro, la Semana Santa”. Así comenzaba su intervención el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, en la Junta General previa a Semana Santa celebrada esta tarde. Como es tradición, la asamblea ha contado con la asistencia del obispo de la Diócesis, monseñor José María Yanguas, y del concejal de Festejos, Alberto Castellano, en representación del alcalde.
Durante su intervención, Sánchez Albendea ha abordado cuestiones de organización relacionadas con la próxima Semana Santa y ha llamado a las hermandades a trabajar desde la unidad, para mantener la brillantez y buena organización de los desfiles procesionales, máxime tras la triste Semana Santa de 2024, con ocho procesiones suspendidas a causa de la lluvia y fenómenos meteorológicos adversos.
Además, ha avanzado que el Museo de Semana Santa abrirá sus puertas en el mes de mayo, toda vez que la envergadura de los trabajos “no ha permitido inaugurarlo antes de Semana Santa, como teníamos previsto”. Ha asegurado Sánchez Albendea que el presente es un año importante para los nazarenos también por el Museo, uno de los proyectos más deseados y esperados de los últimos años y en el que la comunidad nazarena y las instituciones han concentrado esfuerzos “arrimando todos el hombro, que es lo que mejor sabemos hacer” afirmaba, en un paralelismo con el papel de los banceros en la Semana Santa.
En cuanto a la cuestión económica, el presidente destacaba que la institución haya sido capaz de conseguir “un presupuesto digno que ha contado con vuestra unanimidad, y que viene a poner de manifiesto, de manera obvia y objetiva, el acertado sistema económico que rige actualmente a la institución. Por supuesto, todo ello apoyado por la prudencia económica que ha marcado la gestión de esta casa en los últimos años” apostillaba.
Para Sánchez Albendea, no obstante, ha llegado el momento de “cambiar, progresivamente, el régimen económico de nuestras hermandades” porque “no podemos estar pendientes de si llueve o no llueve. Hemos de ser conscientes de que debemos ir más allá de poner el paso en la calle de manera cíclica, año tras año. La subasta de banzos y enseres no puede ni debe ser el principal sustento de la Hermandad, ni puede condicionar nuestro funcionamiento” analizaba, para añadir que “no puede recaer sobre los hombros de unos pocos, nunca mejor dicho, la estabilidad económica de una Hermandad. La vida de la Hermandad va mucho más allá de una salida procesional y es responsabilidad de todos sus hermanos contribuir a la estabilidad. Tal vez este modelo nos haya servido hasta ahora pero ha llegado el momento de afrontar otra fórmula, más compensada entre todos los hermanos”. El presidente llamaba a las hermandades a no olvidar la caridad y los fines sociales que rigen nuestra Semana Santa desde los cimientos mismos que son sus estatutos.
Durante su intervención ha tenido el presidente palabras de felicitación para las hermandades que celebran este año alguna efeméride, ha llamado a seguir trabajando por los nazarenos más jóvenes, los de la fila del medio, así como ha agradecido por su trabajo a todas las juntas de diputación, servicios municipales, entidades colaboradoras, medios de comunicación e integrantes de la Comisión Ejecutiva. No ha querido olvidarse tampoco, en este Año Jubilar de la Esperanza, de las palabras del Papa Francisco, por eso ha llamado a las hermandades a “hacer de nuestras procesiones auténticos signos de la presencia del Señor”. Y también ha dado una breve pincelada sobre la cobertura que la institución hará de la próxima Semana Santa y que contará con más de 35 horas de emisión en streaming a través de Youtube, Facebook e Instagram.
“Tenemos un presente que requiere de toda nuestra dedicación y un futuro lleno de retos por alcanzar. Pero esta responsabilidad, presente y futura, es compartida. La Semana Santa de Cuenca es y será lo que los nazarenos queráis que sea. Yo os invito a seguir en la línea marcada, a que caminemos todos juntos en fraterna comunión, a que seamos conscientes de que aquí no caben egoísmos y que sólo de nuestra humildad, implicación y buen hacer dependerá mantener lo construido hasta ahora” ha concluido.
El concejal de Festejos del Ayuntamiento de Cuenca, Alberto Castellano, ha asegurado que “si algo caracteriza a nuestra ciudad es esta semana de pasión, de emoción, que vamos a vivir a partir de ya mismo, del viernes con ese momento tan esperado del seguramente emocionante Pregón, porque tenemos un Pregonero, como siempre, de lujo. Nos caracteriza eso y nos hace salir a todas y a todos a la calle, a todos los conquenses, vecinos y visitantes que llenamos la calle de pasión, de emoción y de intimidad, sobre todo para vivir lo que representa, no solamente esos pasos por las calles sino sentir la representación que ello tiene”.
Castellano ha adelantado que este viernes se renovará el convenio entre Ayuntamiento y Junta de Cofradías, con la perceptiva firma, pues “el Ayuntamiento siempre va a estar a vuestra disposición”. Ha recordado, al dirigirse a los asistentes, que el Ayuntamiento pone a disposición de la Junta de Cofradías todos los servicios municipales y que redobla esfuerzos en muchos de ellos, incrementando efectivos y plan de actuación, como es el caso de seguridad y limpieza, dos de las más importantes. Además, ha querido reconocer públicamente la labor del presidente y de la Comisión Ejecutiva, “intenso, no fácil y casi siempre poco reconocido, con momentos difíciles de toma de decisiones que cuesta tomar, pero alguien lo tiene que hacer, y además con coherencia y responsabilidad” ha estimado, para añadir que presidente y Comisión son “los mejores embajadores de nuestra Semana Santa”.
También ha tenido palabras de reconocimiento para la labor de educación “en lo que es y representa nuestra Semana Santa” que hace la Junta de Cofradías, una labor extendida “a toda la ciudadanía, para que seamos conscientes de lo que se celebra y representa nuestra Semana Santa”. Finalmente, el concejal de Festejos ha agradecido su trabajo a las hermandades, ya que “para que esto funcione el trabajo debe ser colaborativo y en comunidad” y ha deseado a los nazarenos ese buen tiempo que todos esperamos: “Cuando llueve tenemos muy cerca al Corazón de Jesús y esa montaña va a frenar las nubes” afirmaba, antes de finalizar deseando a todos una feliz Semana Santa.
La Junta General concluía con la intervención del obispo de la Diócesis, monseñor José María Yanguas, quien describía las procesiones como “una especie de Evangelio escenificado, de proclamación del Evangelio, al menos de la parte final, que es la que tiene que ver con la Muerte y Resurrección del Señor. Las procesiones son como flashes de esos momentos de los que el Evangelio es la manifestación escrita y las procesiones, representada. Imágenes y palabras son signos de algo que se transmite, que se comunica”.
Para monseñor, las procesiones son “el Evangelio en la calle”, el modo “quizá no estrictamente litúrgico que tiene el pueblo cristiano de celebrar durante siglos la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor y de representarla, de re-presentarla”. Yanguas ha animado a los nazarenos a tener presente esa idea de re-presentación cuando “subimos a la Plaza, cuando caminamos por las calles del centro, que lo que están haciendo es representar, a los ojos de los demás, lo que fueron los últimos momentos de la vida de Cristo”. Que todos “los que estáis dentro tengáis un momento de recuerdo: estoy representando la Pasión del Señor” ha deseado monseñor, quien recordaba además que el nazareno debe ser consciente de que “esto no es un teatro, no somos figurantes”.
Monseñor incidía también en la necesidad de mejorar el comportamiento del público que acude a la Plaza Mayor a presenciar los desfiles: “No me gusta cómo queda la Plaza después de cada una de las procesiones”, comentaba, en clara referencia a la cantidad de basura y desperdicios, evitable con un poco más de esfuerzo en civismo por parte de todos, y de comprensión del hecho religioso que se celebra y presencia.
La comunidad nazarena se prepara ya para vivir su semana más grande y esperada. La próxima cita, este Viernes de Dolores en el Santuario de las Angustias, con el besamanto a la Madre y, a partir de las 20 horas, el Pregón de Semana Santa en el Teatro Auditorio, a cargo de Juan Ignacio Cantero.