CCOO Cuenca reivindica la democratización del trabajo y el papel fundamental del sindicalismo para lograr un empleo decente

Con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que se conmemora cada 7 de octubre promovida por la Confederación Sindical Internacional (CSI) y bajo el lema “No hay trabajo decente sin democracia en la sociedad y el trabajo”, Comisiones Obreras de Cuenca reivindica la necesidad y la urgencia de democratizar el trabajo, las relaciones laborales y la toma de decisiones en las empresas para lograr un trabajo decente.

Así lo ha manifestado la secretaria general de Comisiones Obreras de Cuenca, M.ª José Mesas, en la concentración que ha tenido lugar este mediodía ante la sede del sindicato en la capital conquense para exigir trabajo decente y el respeto y garantía de los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras.

En este sentido, Mesas ha denunciado que “no podemos hablar de derechos y de libertades a día de hoy cuando la mayoría de sociedades persiguen el sindicalismo y cuando en numerosos países las mujeres no pueden formar parte del mundo del trabajo ni sindicarse”.

Tampoco “cuando desgraciadamente y de una forma vergonzante estamos presenciando masacres a pueblos, como ocurre en Palestina, un conflicto que en lugar de cesar se agrava y se extiende, ante la pasividad e indiferencia de la comunidad internacional”. Desde Comisiones Obreras nos solidarizamos con las trabajadoras y trabajadores del pueblo palestino y de todos aquellos en los que existen conflictos, expresando nuestra más rotunda condena a quienes están causando tanto horror y tantas muertes, a la vez que hacemos un llamamiento por la paz y la apuesta del diálogo y la diplomacia como única forma de resolución de los conflictos.

Para lograr el objetivo de un trabajo decente es necesario también reducir el tiempo de trabajo como venimos reivindicando CCOO con una campaña de movilizaciones en el conjunto del país. Por ello, en este 7 de octubre queremos seguir haciendo hincapié en la necesidad de reducir la jornada legal semanal hasta las 37,5 horas, así como una distribución más democrática y más social de la misma. “El trabajo es un elemento nuclear en torno al cual se estructura toda sociedad y, por ello, debemos democratizarlo y en esto es fundamental el sindicalismo y el respeto máximo a la libertad sindical”.