La retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera en pacientes con diabetes, puede ser diagnosticada de manera más rápida y sencilla utilizando la autofluorescencia cutánea en lugar del examen de fondo de ojo. Esta prueba identifica y mide los productos de la glicación avanzada en la piel, lo que permite detectar daños en los vasos sanguíneos y prevenir complicaciones. El estudio ha sido realizado por investigadores de la Facultad de Enfermería de Cuenca y publicado en la revista "Diabetes/Metabolism Research and reviews".
La retinopatía diabética es uno de los principales causantes de la ceguera en pacientes que sufren diabetes. Hasta ahora, el examen de fondo de ojo había sido el método de diagnóstico más utilizado para identificar esta patología. Sin embargo, un revelador estudio liderado por investigadores de la Facultad de Enfermería de Cuenca ha aclarado que este invasivo, complejo y extenso procedimiento que fuerza la dilatación de la pupila puede sustituirse por una prueba más rápida y sencilla: la autofluorescencia cutánea (SAF por sus siglas en inglés).
El procedimiento de la SAF es sencillo. El dispositivo con forma de almohada se coloca en el antebrazo e ilumina la piel, identificando y midiendo los productos de la glicación avanzada, formaciones que aparecen cuando el azúcar en sangre se adhiere a las proteínas, acumulándose en los vasos sanguíneos e inflamándose. La propiedad autofluorescente de estos productos provoca que se iluminen cuando son excitados por una luz de una longitud de onda específica.
La inflamación de los vasos sanguíneos y la acumulación de estos productos pueden causar daños irreversibles en el organismo, obstruyendo con mayor rapidez los pequeños vasos, como son precisamente los de la retina. Este método permitiría otorgar diagnósticos precoces de riesgo y daño cardiovascular, previniendo complicaciones microvasculares como la retinopatía diabética y posterior ceguera en personas diabéticas. Por ello, con esta prueba la atención primaria del sistema sanitario podría abaratar costes a corto y largo plazo, ahorrar tiempo y ganar en efectividad al ser un método no invasivo, preciso y rápido.
Los hallazgos beben de la tesis doctoral de Irene Martínez García, doctoranda en “Investigación Sociosanitaria y de la Actividad Física” de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). A su vez, han formado parte de esta investigación los profesores de la universidad regional Iván Cavero Redondo (siendo también el director de la tesis), Carlos Pascual Morena (codirector de tesis), Celia Álvarez Bueno y Alicia del Saz Lara y María Dolores Gómez Guijarro como personal investigador de la universidad regional. Los participantes pertenecen al Centro de Estudios Sociosanitarios, al grupo de Investigación CarVasCare, y al grupo de investigación AgeABC de la Facultad de Enfermería de Cuenca.
En la actualidad, otros estudios continúan trabajando en esta línea, destacando la influencia de factores como la edad, el sexo, el hábito tabáquico, el color de la piel y el sueño en la acumulación de productos de la glicación avanzada, contribuyendo así con un aumento del riesgo cardiovascular. Abordar estos factores podría suponer avances en la prevención de la salud y detección avanzada de otras patologías, como las enfermedades cardiovasculares o la insuficiencia renal, problemáticas vinculadas con el deterioro de los vasos sanguíneos.