Largas filas de nazarenos, y un gran gentío abarrotando las calles de la zona nueva y del casco antiguo de la ciudad, con su respetuoso silencio, dieron color y calor al Miércoles Santo de la Semana de Pasión conquense del año 2017.
La procesión del Silencio partió a las 19 horas y ofreció a Cuenca un Miércoles Santo hermoso. Desde la Iglesia Parroquial de San Esteban partieron las Vbles. Hermandades de Ntro. Padre Jesús Orando en el Huerto y el Prendimiento de Jesús -Beso de Judas- -, que acompañaron a sus Sagrados Titulares. Centenares de personas aguardaron a las puertas del templo la salida de otra de las procesiones más queridas y admiradas por los conquenses. Las imágenes discurrieron por las calles Aguirre y Las Torres ante la atenta mirada de los fieles que se agolpaban en las aceras para contemplar el hermoso desfile. Llegó el cortejo procesional a la Plaza del Salvador, lugar donde se incorporó la Vble. Hermandad de Ntra. Sra. de la Amargura con San Juan Apóstol. El cortijo procesional ascendió por las calles de Solera y Peso para desembocar en Alfonso VIII y llegar a la Plaza Mayor.
Desde la Santa Iglesia Catedral Basílica se incorporó la Vble. Hermandad de la Santa Cena . Ya desde la Iglesia de San Pedro , salieron las Vbles. Hermandades de San Pedro Apóstol, la Negación de San Pedro y la del Stmo. Ecce Homo de San Miguel que, con sus pasos titulares, se incorporaron a la procesión tras bajar por la calle de San Pedro hacia la Plaza Mayor. El Casco Histórico de la ciudad y sus estrechas calles se convirtieron, una noche más, en el mejor entorno para vivir con espíritu nazareno la noche del Miércoles Santo y la Pasión de Cristo. La noche apacible acompañaron a público y a los hermanos.
Tras el corto descanso, inició la procesión el descenso hacia la parte baja de la ciudad por Alfonso VIII en ordenada cronología evangélica. Un descenso que tuvo su punto de inflexión en la Iglesia de San Felipe, donde se interpretó a cargo del Coro del Conservatorio de Música de Cuenca el Miserere y el Stabat Mater a las sagradas Imágenes.
Sin duda, uno de los mejores lugares para contemplar el paso de esta emblemática procesión es la curva de la Audiencia y la calle Palafox. La oscuridad de la noche, la tenue luz de las farolas y una luna llena formaron un espectáculo visual y sensorial mágico.
Tras su paso por Palafox, Puente de la Trinidad, Calderón de la Barca y Carretería, la procesión llegó a su finalización en la parroquia de San Esteban. La Santa Cena, se introdujo para finalizar su desfile en los jardines del Palacio de la Diputación. La Negación de San Pedro, finalizó su recorrido en las puertas de San Esteban, y la Hermandad de San Pedro Apóstol, en uno de los momentos más esperados, a los sones de "La Saeta". Las Vbles. Hermandades del Stmo. Ecce Homo de San Miguel y de Ntra. Señora de la Amargura con San Juan Apóstol, continuaron su desfile hacia sus templos por la calle de Las Torres. Concretamente, en el caso del Ecce Homo, hasta la Iglesia de San Andrés.
Un año más uno de los momentos más emocionantes fue la despedida de los pasos en la calle Aguirre con la mítica “Saeta” y “La muerte no es el final'.
Un final majestuoso para un Miércoles Santo silencioso y blanco que se funde con la noche de una Cuenca estremecida en la Pasió.