Frente a la crisis actual que estamos viviendo, en Castilla – La Mancha son más de 35.000 voluntarios los que están activos y trabajan en diferentes Entidades de Voluntariado, lo que supone un incremento, respecto a otros años, de un 14%. Además, y situado precisamente en el momento de crisis, ha aumentado en un 5% las personas destinatarias de la acción voluntaria. De manera específica, en el ámbito de la Cooperación Internacional, Castilla – La Mancha integra a más de 3100 personas voluntarias. Datos que reflejan el compromiso y la acción del movimiento solidario en nuestra Región.
Por ello es de importancia llamar la atención sobre la realidad que supone el voluntariado en nuestros pueblos y personas, desde una valoración positiva de un benéfico impacto en la sociedad; cuestiones que llevaron a las Naciones Unidas a designar el día 5 de diciembre como Día Internacional del Voluntariado, que en esta ocasión, de manera particular, estaba especialmente vinculado a la celebración del Año Europeo del Voluntariado, así como la conmemoración del décimo Aniversario del Año Internacional de los Voluntarios de las Naciones Unidas, que marcó un hito en lo que se refiere a la valoración del trabajo y la dedicación de miles de hombres y mujeres en todo el mundo, y esencialmente en Castilla – La Mancha.
Es cierto que en este año la celebración del día del voluntariado ha pasado de manera silenciosa, posiblemente debido a la crisis económica y a la prioridad aparente de otros asuntos, pero es precisamente por esa crisis por la que las Entidades de Voluntariado están recibiendo cada vez más personas dispuestas a ayudar.
El voluntariado ha conocido un sensible auge en los últimos años, en España son más de cuatro millones de personas las que ejercen labor voluntaria, cuyo trabajo y dedicación supone un ahorro para las administraciones públicas de entre 7500 y 10800 millones de euros.
El ejemplo del trabajo de organizaciones como Cruz Roja Española, Cáritas Diocesana de Toledo o Manos Unidas, nos posicionan la mejor tarjeta de presentación en unos tiempos tan descarnados como los que estamos viviendo. Singularmente, en el caso de Cáritas Diocesana, además de su labor para paliar los desmanes de una crisis que marcará un antes y un después en nuestros pueblos, y desde una buena gestión desde la escasez de fondos, han vivido un incremento en el número de personas que están llamando a esta institución eclesial para echar una mano en lo que sea.
En tiempo de crisis, los voluntarios han reforzado su trabajo, como manifestación de una solidaridad reforzada
No es extraño, por ello, que como manifiesta Fernando Redondo, desde su vinculación a las Entidades de Voluntariado de Castilla – La Mancha y por su propia experiencia como voluntario, “en tiempos de crisis, los voluntarios han reforzado su compromiso, como manifestación de una solidaridad reforzada”.
Redondo, que entre otras distinciones posee la Mención Honorífica a la Labor Voluntaria de Castilla – La Mancha, y que posee un amplio conocimiento del ejercicio voluntario en la Región pero también en países del área latinoamericana, ha afirmado que “mientras que no reforcemos nuestro compromiso con todos los hombres y las mujeres del mundo, mientras que no seamos capaces de unir nuestro destino al del último ser humano, no sabremos realmente cual es nuestro papel y nuestra responsabilidad en la sociedad”, por eso ha resaltado que “desde el voluntariado en este mundo, y esencialmente en el mundo cristiano, debemos reforzar nuestro compromiso con las personas con más dificultad, desde un proceso vivencial, experiencial y educativo”.
La situación actual y creciente de pobreza y exclusión social, dentro y fuera de España, señala Redondo Benito, ha podido inclinar la decisión de muchas personas para “dar ese paso definitivo y ayudar al otro, desde una solidaridad responsable, con un fundamento en la caridad y en la fraternidad que a todos nos unen como seres humanos”. Es importante, y más ahora, “colocar a los excluidos, al otro, en el centro de las acciones, en definitiva, posicionar a los hombres en el centro de las políticas públicas”. En definitiva, afirma Fernando Redondo, “si la pobreza es fruto de decisiones políticas y económicas, si es fruto de la desigualdad, debemos trabajar desde un programa de justicia global, un programa de justicia social que nos vuelva a poner en el camino de un renovado compromiso de la Humanidad”.
“Quizá tan solo sea necesaria la colaboración de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo”, refleja el “Cuento de la Solidaridad” de Kart Kauter, y además Gustavo Villapalos, en “El Libro de los valores” señala que “una multitud de personas debidamente vertebradas resulta inexpugnable, debido a la energía y la firmeza que posee”; es precisamente donde encontramos a los voluntarios y a las voluntarias de Castilla – La Mancha, en esta recta final del Año del Voluntariado Europeo.