Liberbank (Banco Castilla-La Mancha) plantea cerrar hasta siete oficinas en la capital, pese al cierre la entidad financiera no despedirá a los trabajadores que serán trasladados a otras oficinas. Así mismo el Banco despliega su nueva estrategia con cuatro nuevo tipos de oficinas diferentes, que va a poner a modo de prueba en Toledo, Cuenca, Avilés (Asturias), Plasencia (Cáceres) y Torrelavega (Cantabria).
En esta nueva estrategia habrá desde grandes sucursales dotadas de todos los servicios hasta nuevos centros para que el cliente realice operaciones por sí mismo, con el objetivo de mejorar su negocio.
Según ha explicado este jueves el banco a los sindicatos, se trata de dotar al grupo de una mayor capacidad de actuación comercial dirigiendo todas las actuaciones a la captación de nuevos clientes o a reforzar la vinculación de los actuales.
La prueba piloto prevé instalar grandes oficinas emblemáticas con todos los servicios, otras de menor tamaño en zonas urbanas, sucursales sin caja pero atención y gestión al cliente y zonas de autoservicio y centros de "altas prestaciones" para que el cliente haga sus operaciones con la ayuda de máquinas.
El banco fruto de la fusión de Cajastur-Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura instalará estas oficinas, en un primer momento a modo de prueba, en las ciudades de Avilés (Asturias), Cuenca, Plasencia (Cáceres), Toledo y Torrelavega (Cantabria), por lo que ya ha comenzado las obras en algunos centros.
En Cuenca, una oficina emblemática será la central ubicada en el parque de San Julián y siete de pequeño tamaño que se integrarán en cuatro oficinas urbanas.
El despliegue de estos cuatro modelos de sucursales forma parte de una nueva estrategia de Liberbank de transformación de su modelo de distribución comercial para mejorar la eficiencia, la calidad del servicio bancario y potenciar la experiencia de cliente desde distintos puntos de atención.
CN/EFE