Cuenca ha vivido este Viernes Santo su procesión más emblemática, la de Camino del Calvario o de las Turbas, que ha transcurrido sin incidentes y con mayor celeridad que otros años.
A las 5:30 de la madrugada, respondiendo a la llamada de la turba, las puertas de la iglesia de el Salvador se han abierto y el estruendo de tambores y clarines de cientos de turbos ha recibido a Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Salvador, "El Jesús de las Seis".
Es el primero de los cinco pasos que componen el desfile, seguido del Jesús Caído y la Verónica, San Juan, el Encuentro entre Jesús y la Virgen y, cerrando la procesión siempre entre un respetuoso silencio, la Soledad de San Agustín.
En apenas 35 minutos, los cinco pasos y los cientos de nazarenos que los acompañan estaban en la calle y la procesión ha discurrido rápida por la parte baja de la ciudad, para ascender al Casco Antiguo y llegar a la Plaza Mayor pasadas las nueve de la mañana, donde se ha realizado un descanso.
El presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez, ha explicado, en declaraciones a los medios durante el descanso de la procesión, que "se está volviendo a recuperar el rito de las turbas".
Ha destacado que el número de nazarenos "ha sido incluso mayor que en años anteriores" y que se han podido ver muchos niños, lo que quiere decir que "cada vez hay mayor seguridad, está todo más organizado y la gente puede participar acompañando a su hermandad, que es lo que pretendemos desde la Junta de Cofradías".
Los integrantes de la procesión, tanto turbos como nazarenos, han coincidido en resaltar la celeridad con que ha transcurrido especialmente la primera parte, y algunos lo han achacado a que se ha cerrado antes de lo acostumbrado el acceso de turbos a la Plaza de El Salvador, lo que "ha agilizado la salida, pero no ha gustado a muchos que se han quedado sin poder llegar".
En todo caso, tal y como ha recordado el presidente de la Junta de Cofradías, hay más de 2.500 personas que forman parte del Grupo Turbas y "se ha primado la seguridad, porque en la Plaza del Salvador caben los que caben", pese a lo que ha considerado que "el número de turbos es similar al de años anteriores".
En unas horas en las que Cuenca prácticamente triplica su población, no se han registrado incidentes de mención durante la noche y la madrugada.
Desde el Ayuntamiento y Cruz Roja han destacado la "tranquilidad", y el alcalde, Ángel Mariscal, ha informado de que Protección Civil ha realizado hasta las nueve de la mañana doce atenciones, de las que seis eran intoxicaciones etílicas.
La Policía, por su parte, ha tenido que realizar seis intervenciones, "cuando otros años eran 50 ó 60; es decir, prácticamente un 10 por ciento, lo que demuestra que el dispositivo de seguridad ha funcionado muy bien".
El incidente más grave ha sido la fractura de tibia y peroné de una mujer, según ha explicado Mariscal, "que se ha caído por unas escaleras y se le ha caído gente encima".
La procesión, tras escuchar el canto del Miserere frente a la iglesia de San Felipe, ha comenzado a llegar a su templo de origen alrededor del mediodía, donde las imágenes se han encerrado sobre las doce y media, momento en el que parte de San Esteban la segunda de las procesiones del Viernes Santo conquense: En el Calvario. EFE