La Asociación Provincial de Comercio de Cuenca, a través de su vicepresidente, José Miguel Bermejo, Luciano Bermejo, como representante de los establecimientos asociados del sector alimentario, y Raquel Álvarez, técnico de la Asociación, pidieron al delegado de la Junta de Comunidades en Cuenca, Ángel Tomás Godoy, que se exija el cumplimiento de la normativa sanitaria a todos los establecimientos que se dedican a la venta ambulante en mercadillos municipales, medievales y callejeros, así como en los recintos feriales, de la misma manera que se hace con los establecimientos tradicionales.
Así, en la recepción que el máximo representante del Gobierno Regional hizo en su despacho, los miembros de la Asociación de Comercio le señalaron que los empresarios del sector de la alimentación son objeto de constantes revisiones desde el punto de vista sanitario, unas inspecciones que aceptan conscientes de la importancia de tener los productos en perfecto estado para los consumidores.
En estas inspecciones se les exige tener cuestiones como un buen sistema de refrigeración, agua tomad de red, evacuación de aguas, dispensadores de jabón, limpieza de residuos, la trazabilidad de los productos y el carné de manipulador de alimentos. Sin embargo, por otro lado, estos comercios no perciben este mismo número de controles para algunas tiendas itinerantes que comercian con los mismos productos y por tanto creen que no están jugando con las mismas reglas y obligaciones comerciales, creándose una competencia desleal y un riesgo evidente en materia sanitaria para el consumidor.
Por todo ello, piden que se hagan cumplir las mismas obligaciones y controles para todos y que se respeten las mismas reglas y normativa, garantizándose por las autoridades competentes los derechos del consumidor y del comerciante.
Por su parte el delegado de la Junta se comprometió a analizar esta situación y a trasladarla al resto de administraciones para que con la colaboración de todos se puedan realizar los controles necesarios para atajar este problema que atañe a la salud pública.
Ambas partes coincidieron en que es importante que se apueste siempre por la calidad y el cumplimiento de las obligaciones, tanto sanitarias como laborales, lo que en caso de los productos alimentarios también debe ser una apuesta por la salud.