Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia
de tu querida presencia…
Carlos Puebla, Hasta siempre (Guajira)
Según pasan los días –y no hace ni una semana del 20N–, uno se va acostumbrado a esta nueva realidad que, aun pronosticada y esperada, no ha dejado de ser sorprendente. La lectura detenida de las cifras ofrece un dato que conviene, de todos modos, recordar para mantener, unos y otros, los pies en el suelo: la clarísima victoria del Partido Popular la han respaldado menos de medio millón de votos más que en la anterior contienda electoral que perdieron. Eso sí, son muchos los millones de votos socialistas que se han perdido por el difícil y angosto camino de estos cuatro años. Y eso, observando solo los gráficos azulones con los porcentajes de voto, no se ve a simple vista. Aunque también es cierto que las cifras electorales son tan perversas que hasta el más descalabrado puede hacer una lectura tal, que quede satisfecho.
Pero no es mi intención la del análisis electoral, sino –en esta ocasión, y sin dejar de lado los libros– la de compartir, desde este humilde rincón, mi más entrañable admiración por quien ha sido nuestro presidente desde 2004, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien muy bien le vendría el dicho popular de “otros vendrán que bueno te harán”. Sin ser un concienzudo analista, un erudito de la historia ni un experto en ciencias políticas, me atrevo a decir que ha sido, ante todo, un hombre honesto –cualidad poco común en esta especie, parece ser–, con sentido de Estado, y muy concienciado con los más desfavorecidos. Podríamos hablar de aciertos y leyes sociales, y otros replicarme con errores –que los ha habido– y paro, y entraríamos en la dialéctica de la política… Pero para eso hay otras secciones en este periódico digital. Como decía, solo quería recordarlo, despedirlo, y, a la vez, recomendar, una semana más, la lectura de un buen libro. Recomendación que, en esta ocasión, tiene por título El Club de los optimistas incorregibles. Supongo que no necesitan más explicaciones…
Para ser la primera obra del “novel” escritor sexagenario Jean-Michel Guenassia, ha llegado al mercado editorial por la puerta grande: premio “Goncourt” y reconocimiento unánime de la crítica literaria. El argumento nos presenta a un avispado jovencito, Michel, de clase humilde y hábil jugador de futbolín, en un París en el que se están “cociendo” los distintos ingredientes que darían lugar, poco tiempo después, al conocido Mayo del 68. En una de las tabernas donde se entretiene ganando apuestas al futbolín, descubre un reservado al que acuden con mucha frecuencia algunos hombres, y de donde tardan horas en salir. ¿Qué hacen? ¿De qué hablan? El secreto se irá desvelando según vamos conociendo quiénes son los misteriosos personajes: Jean Paul-Sartre y Kessel, Igor –un médico que huye del terror de la dictadura estalinista-, Gregorios –un diplomático griego que vive arruinado–, o Pavel –un refugiado húngaro–, que, junto a otros protagonistas de interesantes vidas, irán descubriendo a Michel que es posible un mundo mejor, y que se puede ser optimista pese a haber abandonado el hogar, la familia, los amigos y los amores… Siempre quedan, a pesar de todo, los ideales y principios por los que merece la pena luchar.
¡Hasta siempre, Presidente!
César Sánchez
Si (
No(
