Así lo ha adelantado el presidente del Ejecutivo autonómico durante una comparecencia ante los medios de comunicación que se ha celebrado este miércoles en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional, y en la que ha rechazado la posibilidad de renunciar a los Presupuestos de este año o realizar un “paréntesis” hasta 2018, sobre todo tras los contactos realizados con más de 200 colectivos afectados por el “zarpazo” que supuso su paralización.
El presidente García-Page ha apelado a “la responsabilidad” de los grupos parlamentarios para continuar con el proceso de reconstrucción económica y social de Castilla-La Mancha, ya que lo contrario sería “cortar las alas al despegue” de la región; un proceso que, ha subrayado, está cosechando una “magnífica acogida” en el conjunto de la comunidad autónoma.
Del mismo modo, ha remarcado que “los ciudadanos merecen que el debate en el Parlamento sea exhaustivo” para “que todo el mundo tenga la oportunidad de decir lo que no se dijo” meses atrás, cuando las Cuentas regionales para el presente ejercicio fueron rechazas por los grupos de la oposición. Por ello, ha indicado que el mes de junio servirá no sólo para hacer balance de los dos años de legislatura sino que, además, marcará el inicio de un análisis en profundidad sobre el planteamiento presupuestario.
El presidente regional ha recordado que las enmiendas que tanto el Grupo Parlamentario Popular como el Grupo Parlamentario Podemos presentaron a los Presupuestos de 2017 no representan “ni un 0,05%” de los mismos, razón por la que, “si no salen adelante”, sería como realizar “una moción de censura encubierta”.
“Si hay voluntad de sacar los presupuestos, no creo que haya ninguna piedra insalvable” ha asegurado García-Page quien, al mismo tiempo, ha hecho hincapié en que el Presupuesto que no consiguió pasar el trámite parlamentario el pasado 7 de abril “era coherente con el del año pasado, con el compromiso de legislatura y con el pacto con Podemos”.
En este sentido, el presidente regional ha remarcado que el primero fue un presupuesto “pactado” y “muchos ciudadanos se han quedado sin la explicación” de por qué se echaron atrás; unas Cuentas regionales que, ha recordado, contenían entre otras muchas medidas, desde obras públicas, como la eliminación de aulas prefabricadas, a ayudas para la gente más necesitada, continuar con la política antidesahucios o el Plan de Garantía de Rentas que “iba a ser un ejemplo en toda España”.