“Sería una actitud coherente por parte del PP”, añade la senadora socialista Inmaculada Cruz, que anima al PP de Cuenca a llevar a cabo esta nueva campaña contra el máximo responsable de su partido, Mariano Rajoy, “protegiendo así, como predican, el bolsillo de los conquenses”.
Y es que el PP apenas necesitó dos semanas para imponer unos recortes “sin precedentes”, entre los que se encuentra la congelación del Salario Mínimo Interprofesional y la subida del IRPF. Medidas que, a juicio del PSOE, afectarán principalmente a las rentas medias y bajas, jóvenes y pensionistas. Además, en una provincia con una población envejecida como la nuestra, es de reseñar la paralización de la Ley de Dependencia.
“Eso sí, se acuerdan de nosotros para convertirnos en el basurero nuclear de España”, lamenta Cruz, recordando el peso que tanto el sector agroalimentario como el turístico tienen en la provincia de Cuenca y que se verá seriamente dañado con la instalación del ATC en la localidad de Villar de Cañas.
Los mayores recortes de la historia
En este sentido, la senadora socialista se pregunta “qué dirán ahora Mª Jesús Bonilla, Mª Ángeles García o Marina Moya, después de que nos bombardearan con ruedas de prensa para repicar como papagayos los argumentarios del PP en los que acusaban al anterior Gobierno de España por las medidas que habían puesto en marcha, y eso que eran una ínfima parte de las que ahora ha anunciado el Gobierno del PP. La diferencia es que antes Zapatero dio la cara en todo momento y ahora no sabemos dónde está Rajoy”.
La cuestión es que ahora “Rajoy paraliza la Ley de Dependencia, elimina la Renta Básica de Emancipación, congela el sueldo a los funcionarios y les hace trabajar más -lo que equivale a una bajada de sueldo-, sube el IRPF, baja el poder adquisitivo de los pensionistas, elimina el gasóleo profesional e incrementa el IBI, entre otras medidas”.
De momento, de medidas de estímulo y apoyo a los emprendedores y pequeñas y medianas empresas “nada de nada”, recuerda Inmaculada Cruz, que concluye lamentando la actitud “hipócrita” con la que ha echado a andar el nuevo Gobierno de Rajoy.