Hace poco estaba leyendo los medios de comunicación y me llevé una grata sorpresa, Pedro Sánchez, actual Secretario General del PSOE, había incluido en su ejecutiva federal a una conquense, a la Alcaldesa de El Provencio Manuela Galiano.
En ese momento pensé que por fin el PSOE había dado el paso para escuchar a los pequeños municipios y recibí la noticia con alegría pero, no obstante, con una cierta cautela.
Hoy en día a los políticos se nos cuestionan todas nuestras actuaciones por parte de los ciudadanos, cosa normal puesto que somos los gestores de su dinero, y lo mínimo que esperan de nosotros es una cierta empatía. Si exigimos sacrificios debemos sacrificarnos, si pedimos comprensión debemos comprender nosotros primero, y si pedimos que los municipios pequeños sean escuchados debemos dar motivos para ello.
Si hay algo de lo que podemos estar orgullosos los pequeños municipios es del carácter vocacional que tienen sus gobernantes, del trato cercano de sus alcaldes con los vecinos y del estar ahí solamente para hacer cosas buenas para el municipio. Cualquier persona que enarbole esos argumentos podrá decir que nos representa. El poder rebatir a aquellos que dicen que suponemos un gasto excesivo para la administración desmintiéndolo con un simple “no cobramos nada”. A mí son esos alcaldes los que sí me representan en cualquier lado.
No alcanzo a comprender los ejemplos a los que para salir del paso y justificar lo injustificable ha recurrido la alcaldesa de El Provencio. Si cree que para que los ciudadanos entiendan y apoyen su más que generoso sueldo puede aludir a una Diputación como la actual, la jugada le ha salido bastante mal. Recuerdo, porque parece que lo ha olvidado, que una de las primeras medidas del actual equipo de Gobierno fue suprimir los 80.000 euros anuales que en gastos de representación tenían los anteriores gobernantes socialistas, ‘personificados’ en una tarjeta Visa que se utilizaba, digamos, con una alegría poco propia de los tiempos que en aquellos momentos corrían.
Así que permitidme dudar de aquella persona que cobrando más de 37.000 euros en un pueblo de 2.800 habitantes abogue por suprimir la institución que desde sus orígenes ha sido creada principalmente para ayudarnos en todo lo posible a los pequeños municipios. ¿O es que la alcaldesa de El Provencio nunca ha pedido a la Diputación un servicio ni un pueblo de 3.000 habitantes y ni siquiera una Mancomunidad podía costear? Le recuerdo a Manuela Galiano, por ejemplo, el camino de su pueblo a Socuéllamos cuyo arreglo va a costear la Diputación, la ayuda a financiar el Agente de Empleo y Desarrollo Local o los Planes de Obras y Servicios para la mejora de infraestructuras municipales.
Es precisamente este tipo de actos, el de cobrar cifras tan astronómicas y además alardear de ello, los que provocan que los pueblos pequeños estemos cada vez peor, puesto que damos la razón a aquellos que dicen que suponemos un elevado coste a los ciudadanos.
Daniel Pérez Osma
Secretario General de NNGG Cuenca