Un pistoletazo de salida con el que ha abierto sus puertas esta exposición integrada por una decena de lienzos de gran formato, en los que se recogen las últimas obras del artista manchego entre los años 2015 y 2016.
Hasta el 19 de junio podrá contemplarse esta muestra, donde se dan la mano lo ascético y lo icónico fundiéndose en un gran formato, retomando el esfuerzo físico y mental sobre fondos blancos a modo de folios gigantes, como si se tratase de hojas de gran escalada arrancadas una a una de un bloc.
Se amalgaman códigos, jeroglíficos, mensajes ocultos que sorprenden e inquietan al espectador, seriación de formas descontextualizadas que nos resultan familiares, cotidianas a nuestro inconsciente. Se reproducen masivamente y acaban en la basura, de donde Barba las rescata. El juego ha quedado ahí, el visitante debe de descifrarlo, pero ‘ante todo, mucha calma’.
Han pasado ya 22 años desde esa pintada en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca diciendo “ante todo, mucha calma”. Tiempo en el que el artista ciudadrealeño ha evolucionado, desarrollando un interesante proyecto pictórico con obras que giran entre la figuración de sus primeros años y la abstracción posterior.
Una evolución que queda patente en 2013 con la muestra ‘Ojos que no ven…’, donde aparca la voluptuosidad colorista y opta por una obra ascética y física, donde grandes fondos blancos son apretados con finísimas líneas precisas.