García-Page compartió su día con la gente, entre ellos, entre sus vecinos, entre los castellano-manchegos, entre los conquenses… Y lo hizo, repito, como uno más, sin policía que le rodeara ni medidas de seguridad desproporcionadas. García-Page está en la calle porque quiere y porque puede; porque quiere conocer los problemas y las inquietudes de los conquenses, porque quiere compartir sus vivencias y sus tradiciones y porque puede salir a la calle muy orgulloso de haber luchado por los ciudadanos que más lo necesitan. García-Page está defendiendo una sanidad y una educación pública de calidad porque cree en lo público. Y esto puede demostrarse ante cualquiera.
Por otro lado, durante la Semana Santa nos visitó, aunque casi de tapadillo y sin que la viese nadie, la que hasta el día 24 de mayo es la presidenta de Castilla-La Mancha, Mª Dolores De Cospedal, pero en este caso (como hace normalmente cada vez que viene a Cuenca) no quiso relacionarse con nadie, con ningún conquense, con ningún vecino. Vino el Domingo de Resurrección en su coche oficial directamente a un concierto de la Semana de Música Religiosa. Se bajó del coche en la puerta de la Catedral, entró, se deleitó con la música y volvió a subirse en el coche sin hablar ni rozarse con nadie. Y lo hace así porque ni quiere ni puede relacionarse con los conquenses. No quiere porque le importa un comino lo que le suceda a sus convecinos, le interesa más su posición dentro del PP que los que lo están pasando mal en Castilla-La Mancha. No quiere que nadie le eche en cara todo el daño que le ha hecho a esta ciudad desmantelando el hospital, asediando al Ayuntamiento, despreciando constantemente a los conquenses con recortes de todo tipo y también al Campus de Cuenca que es el que más ha sufrido los despidos dentro del cuerpo de profesores.
En cuatro años que lleva en el gobierno, Cospedal nos ha despreciado a todos, a los dependientes a los que retiró esa ayuda esencial para su día a día, a todos aquellos parados de larga duración sin prestación, a los interinos despedidos, y un largo etcétera… Y todo esto sin haber logrado reducir la deuda pública en Castilla-La Mancha, más bien lo contrario.
La presidenta no conoce nuestras tradiciones y no ha sido capaz de relacionarse con nosotros, y cuando lo ha hecho ha sido a puerta cerrada y rodeada de policía como si los conquenses fuésemos unos energúmenos. Esta actitud demuestra que no nos quiere y que “pasa” de nosotros. Más bien ignora a Cuenca en su agenda cotidiana aunque venga a lucirse a algún acto en el que pueda ponerse de largo.
Esta Semana Santa ha sido muy representativa en cuanto a las formas de hacer política del uno y de la otra: García-Page con los ciudadanos, Cospedal escondida y despreciándonos. Esto es el reflejo de los últimos cuatro años y de lo que se producirá en los próximos cuatro con García-Page de presidente de Castilla-La Mancha
Ramón Pérez Tornero
@Ramon_Perez_T