Con su dimisión, el PSOE queda en una situación de extrema vulnerabilidad. El partido lleva desde septiembre de 2016 sin poder sustituir al último concejal que dimitió, así que ahora los socialistas solo tienen dos concejales en el Ayuntamiento (Joaquín Canales e Isidro Guerrero) y no los cuatro que fueron elegidos en las elecciones.
Su trayectoria política
Isabel Giménez ejerció como teniente de alcalde y concejal de Cultura durante la pasada legislatura, entre los años 2011 y 2015. El PSOE le pidió que se presentara como candidata a la Alcaldía en las elecciones de mayo de 2015, algo que aceptó prácticamente en el último momento. Fuentes del partido explicaron a este periódico en aquel entonces que los socialistas tuvieron muchas dificultades para encontrar a 10 personas que quisieran presentarse a las elecciones, y para que cinco de ellas (las que más probabilidades tenía de entrar como concejales) aceptasen ocupar los cinco primeros puestos de la lista.
En estas elecciones, el PSOE consiguió 228 votos, el 44% del total, su peor resultado desde 1995, cuando ese porcentaje fue todavía más bajo: 37,5%. Respecto a las elecciones de 2011, los socialistas habían perdido 11 puntos y 115 votos. Por su parte, el PP de Azucena Redruello consiguió 276 apoyos, 10 más que en las anteriores elecciones.
Una vez empezada la nueva legislatura, Isabel criticó con dureza algunas de las primeras decisiones adoptadas por la alcaldesa, entre otras los despidos del monitor deportivo y la arquitecta, la supresión del servicio de limpieza y el hecho de que Azucena Redruello llevara meses sin decidir si el teniente de alcalde tenía que pagar licencia de obras por construir una minicentral hidroeléctrica en el río Escabas. La Alcaldía respondió a estas críticas también con dureza, acusando a Isabel de haber pertenecido a un Ayuntamiento que supuestamente cometió múltiples irregularidades.
Tres meses después, la actitud de la líder del PSOE cambió totalmente. Si bien en el Pleno de enero de 2016 fue muy activa y crítica, en la sesión de abril permaneció totalmente callada. Fueron los exconcejales socialistas Gabriel Galán y Valentín Argandoña quienes actuaron como portavoces del grupo y ejercieron de oposición. Isabel no se interesó por las últimas decisiones de la Alcaldía y se negó también a responder a cualquiera de las muchas acusaciones que hicieron contra ella Azucena Redruello y Jesús Valle.
Se desconoce los motivos por los que Isabel tuvo este cambio radical de actitud, y quizá no tuvo nada que ver (o sí) con dos hechos que se estaban produciendo justo en aquel momento: la Alcaldía no hacía sino pedirle explicaciones por las supuestas irregularidades del anterior Ayuntamiento, y en marzo (un mes antes de que Isabel torciera el gesto) la líder del PSOE tuvo un enfrentamiento con dos de sus concejales.
Así empezó la crisis del PSOE
Esos concejales eran Valentín Argandoña y Gabriel Galán. Argandoña explicó a Las Cuatro Esquinas que el problema surgió cuando él pidió a la secretaria del Ayuntamiento el contrato de la piscina. Lo hizo sin habérselo consultado a Isabel, consciente de que como concejal podía solicitar tanta información como quisiera. Pero a Isabel no le hizo ninguna gracia que él fuera por libre. Según Valentín, la líder del PSOE le dijo que en adelante no confiaría en él y que no le iba a facilitar la información que ella consiguiera. Presente en aquella discusión estuvo otro concejal, Gabriel Galán, que reconoce a este periódico que los hechos sucedieron así. Gabriel también apoyaba que los concejales tuvieran libertad. Isabel Giménez ha rechazado siempre contestar a las preguntas de Las Cuatro Esquinas.
Esto sucedió en marzo de 2016. Un mes después, en el Pleno de abril, la concejal socialista María del Carmen López presentó su dimisión. Ella siempre ha defendido que lo hizo por cuestiones privadas y nunca lo ha relacionado con las tensiones del partido. Estaba llamado a sustituirle Joaquín Canales, que aceptó el cargo y tomó posesión en el Pleno de julio. Pero en esta sesión se produjo una nueva dimisión, la de Gabriel Galán, que sí relacionó su marcha con sus discrepancias con la actitud de la líder del PSOE. Le sustituyó en el cargo Isidro Guerrero, que entró como concejal en agosto.
Y en septiembre abandonó el PSOE Valentín Argandoña, que dimitió no por sus tensiones con Isabel sino porque el Ayuntamiento iba a contratar a su mujer para el servicio de limpieza y era incompatible con que él siguiera en el cargo, tal y como explicó en una entrevista. Le tendría que haber sustituido Elba Taravilla, pero rechazó el cargo por “motivos personales”, según reconoció a Las Cuatro Esquinas. Tampoco quiso recoger su acta de concejal Isidoro Mialdea, en su caso porque vive en Alcalá de Henares y dijo que le sería imposible asistir a los Plenos. Y el último suplente que tenía el PSOE, Jesús Escamilla (décimo en la lista y alcalde entre 2011 y 2015), también evitó esta responsabilidad porque, según dijo, había trabajado ya muchos años para el Ayuntamiento.
Al haberse acabado la lista, al PSOE ya solo le quedaba una opción: recurrir al artículo 182 de la Ley Electoral, según el cual podría elegir como nuevo concejal a “cualquier ciudadano mayor de edad que no esté incurso en causa de inelegibilidad”. Desde octubre llevan los socialistas buscando a algún pricense que quiera aceptar el cargo, pero, de momento, a nadie han encontrado.
Gabriel Arias
LAS CUATRO ESQUINAS