La semana pasada dos hombres asesinan a sus parejas, uno en un pueblo de Segovia, quien además asesinó al hijo de ambos y después se suicidó, estaban en trámites de separación. Otro en Granada, esta vez la mujer y su asesina pareja proceden de China, es una de las pocas veces que se publica un caso de violencia de género entre personas de origen asiático que viven en nuestro país.
También hemos conocido en estos días de enero que dos de los casos sospechosos de violencia de género ocurridos en el año 2010 se ha confirmado como tales, aumentando la cifra de uno de los peores años en asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas desde que se contabilizan los casos.
Son inaceptables las excusas que desde las administraciones se esgrimen para mantener situaciones que permiten la discriminación de la mujer en cualquier ámbito. No hay excusas que puedan justificar el mantenimiento de subvenciones públicas a periódicos que publican fotos de mujeres en sus páginas de contactos, mucho menos que esos periódicos se difundan en centros escolares o bibliotecas públicas. No hay excusas para permitir que se sigan utilizando los estereotipos tradicionales sexistas en la publicidad, especialmente en periodos de compras masivas como las tradiciones navideñas o las rebajas.
No hay excusas posibles para no hacer nada ante el salario claramente más bajo que cobra una mujer por el mismo trabajo realizado que el hombre, sencillamente porque es mujer, de manera que sus cotizaciones y posible pensión en un futuro incierto puedan ser dignas. La permanencia de estos hechos son un claro ejemplo de qué intereses mueven a nuestra sociedad, de qué medidas se toman a favor de la igualdad, de cómo se aborda la violencia de género más allá de la violencia expresa.
Hay una novela, la última publicada, de Gioconda Belli que, con toda la carga de imaginación y fantasía, muestra un país gobernado por mujeres en el que se plantea la ciudadanía como un conjunto de ciudadanos y ciudadanas, es decir destacando que la sociedad es un asunto de cuidados, de cuidarnos unos a otros. La autora describe una utopía, como tantas otras, en donde las personas cuentan y las instituciones están compuestas por personas, no tanto por partidos con intereses partidistas, economicistas, mercantilistas o religiosos, practicantes de unas relaciones de poder excluyente de la mitad de la población.
Con el deseo real de cuidarnos entre todas y entre todos un poco más, el área de la Mujer de Izquierda Unida de Cuenca os desea, para que se cumpla, un año 2011 con menos mujeres asesinas por violencia de género, ya que desear que esta violencia desaparezca es una utopía, hermosa y necesaria, pero hoy, como mucho, sólo se cumple en las novelas.
CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO: TOLERANCIA CERO. ÁREA MUJER IU CUENCA
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