Los ediles de la formación naranja subrayan que “la vulneración de la normativa”, que impide de forma general que se realicen actividades insalubres a menos de dos kilómetros de una zona residencial; y la “mala o interesada planificación”, en el segundo caso, “va a suponer que se tiren a la basura los 8,5 millones que costó su construcción, así como que se tenga que invertir otro tanto en su traslado”.
Cs afirma que este dinero se podría haber ahorrado si en su día se hubiera actuado siguiendo criterios técnicos, o se podría invertir ahora en actuaciones necesarias en materia ambiental como el acondicionamiento del río Moscas a su paso por Cuenca o la construcción de una planta de residuos sólidos de la construcción, entre otras.
Desde la formación naranja esperan que los responsables políticos de la Diputación Provincial de Cuenca y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no hagan como sus compañeros de partido en el Consistorio, que en septiembre del año pasado votaron en contra de una moción presentada por dicha formación para que se investigara lo ocurrido. “En aquella ocasión, como ocurrió en el pleno de febrero para que no se eleven al Tribunal de Cuentas las conclusiones de la comisión sobre los edificios de los agentes sociales, ni PP ni PSOE tuvieron el menor problema en ponerse de acuerdo para que no salga a la luz la verdad”, aseveran.
Además de que se depuren responsabilidades, desde la formación naranja confían en que la Diputación y la Junta lleguen a un acuerdo para solucionar cuanto antes los problemas que la planta de tratamiento está generando a los vecinos de Las Pernalosas y a los usuarios del AVE. En este sentido, desean que el tema no se convierta en un nuevo “arma arrojadiza” de la lucha política que libran instituciones gobernadas por partidos político de distinto signo, “tal y como está ocurriendo con los planes de empleo”. “Los políticos debemos ofrecer soluciones, no generar problemas”, sentencian desde Ciudadanos.