Leyendas de damas con patas de cabra, una catedral mutante, el Tenorio entre títeres, un ‘poema-artefacto’, los puches y un cementerio de artistas esperan en el otoño de esta ciudad que celebra sus dos décadas como Patrimonio de la Humanidad.
Cuenca se revela como uno de los destinos más atractivos para el inminente Puente festivo con el que se despide octubre y nace noviembre. Esta urbe, repleta de monumentos y casas asomadas al abismo, suma en estos días a su encanto habitual el espectáculo de color en el que se convierte en otoño el paisaje que la rodea. También la intensa actividad cultural con la que festeja el XX Aniversario de su declaración como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Si estos reclamos no fueran suficientes, ofrece además curiosas tradiciones relacionadas con la Festividad de Todos Los Santos. Aquí van cinco planes, todos ellos gratuitos, para convertir la visita en una experiencia diferente que vaya más allá de las rutas convencionales.
Una Catedral mutante de Luz y Sonido
Las noches del viernes 28 y el sábado 29 de octubre la fachada de la Catedral de Cuenca se convertirá en el lienzo de un magno espectáculo de luz y sonido. El templo se llenará de colores, mutará de tamaño, cambiará de forma, se destruirá y recompondrá como por arte de magia. La última oportunidad de maravillarse con esta conjunción de técnicas 2D y 3D que trasladan a la Plaza Mayor conquense el universo creativo de ‘La Poética de la Libertad’, la exposición que reúne hasta el 6 de noviembre en la seo conquense obras del artista chino AiWeiWei y de los informalistas españoles y que homenajea a Cervantes. El vídeomapping, patrocinado por el Consorcio de la Ciudad de Cuenca, se despide con seis sesiones (tres cada día, a las 22.00, 23.00 y 00.00 horas) tras haber asombrado a decenas de miles de personas en los pases de agosto y septiembre.
La Dama con Pata de Cabra
Los locales de ocio nocturno conquenses no son inmunes a las fiestas de Halloween, pero resistiendo a la colonización cultural se mantiene vigente un imaginario tétrico autóctono. Una leyenda narra la historia de Diego, un joven de buena familia entregado a la juerga que se enamoró de Diana, una misteriosa y hermosa dama con la que intensificó su vida licenciosa. La pareja fue sorprendida la Noche de Todos los Santos por una intensa tormenta y, cuando fueron a guarecerse, el mozo descubrió horrorizado que su acompañante poseía una pata de macho cabrío; atributo del mismísimo Satanás. Aterrorizado, se agarró a la Cruz del Atrio de Convento de los Descalzos dejando marcada su mano en ella por siempre mientras la falsa dama se evaporaba entre alaridos.
La historia se representará el lunes, 31 de octubre, a partir de las 19:30 horas por el grupo de Teatro Engatos en el mismo lugar donde se conserva la Cruz con la marca de los dedos de don Diego. El antiguo convento se encuentra junto a la Ermita de Las Angustias, en un bucólico paraje al que se accede por un zigzagueante camino excavado en la roca que horada entre árboles las entrañas de la ciudad.
Un poema-artefacto
La vanguardia está en el ADN de esta ciudad. Un exponente de esa identidad es el espectáculo ‘Eye Music’ que se estrena el viernes 28 a partir de las 20.30 horas en su Teatro Auditorio dentro de la programación especial del XX Aniversario y del ciclo Cuenca 20.21. El proyecto se construye a partir de los poemas “icónicos” y “visuales” de Edgar Paiewonsy-Conde, un dominicano afincado en Nueva York. Estas piezas a mitad de camino entre la literatura y el vídeoarte han inspirado al pianista conquense Manuel Ángel Ramírez para seleccionar fragmentos de grandes de la música culta que interpretará mientras se proyectan y declaman los poemas. La innovadora propuesta se completa con la elaboración en directo de un ‘poema-artefacto’ por parte de un grupo de estudiantes y profesores de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca.
El Tenorio y una máquina de títeres única en el mundo
El Puente de los Santos en España evoca irremediablemente a Don Juan Tenorio. El drama de José Zorrilla se representará el sábado 29 a las 20.00 horas en la Plaza de San Andrés por la compañía La Máquina Real. El grupo teatral toma el nombre de un ingenioso artilugio del Siglo de Oro español que permitía llenar de viveza la representación de títeres. La única reconstrucción que existe en la actualidad puede verse excepcionalmente durante estos días, hasta el sábado, en la antigua iglesia de San Andrés, un hermoso edificio del siglo XVI de planta trapezoidal que sólo se abre al público en ocasiones especiales.
Y, como el teatro despierta el hambre, nada mejor que completar la jornada con los ‘puches’, una suerte de gachas dulces que conviven en la gastronomía típica de las fechas junto a los excelentes huesos de santo y buñuelos de las confiterías de la ciudad.
Un cementerio de artistas
El 1 de noviembre y sus jornadas adyacentes son fechas de recuerdo a los difuntos, de flores, de cementerios. En Cuenca existe uno muy especial: el de San Isidro. Su excepcionalidad reside en su ubicación, en uno de los peñascos de la Hoz del Júcar y rodeado de un excepcional paisaje natural que inunda de paz el lugar. En el camposanto reposan los restos de los canónigos de la Catedral, de los miembros de la hermandad a la que pertenece y de algunos de los más destacados exponentes del arte del siglo XX español: Fernando Zóbel, Antonio Saura, Luis Marco Pérez, Bonifacio Alonso y Miguel Zapata. Estos dos últimos son los autores de las vidrieras estrenadas recientemente en la ermita aneja, un recoleto templo con interesantes pinturas murales.
En otro cementerio de la ciudad, el municipal, El Cristo del Perdón, un cuarteto de cuerda ofrecerá sendos conciertos de música religiosa a las 12 y 16 horas del martes 1 de noviembre. El recinto cuenta con una obra del escultor Mariano Benlliure: el panteón del pintor Miguel Domínguez.
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