El ajo es una planta rica en alicina, prostaglandinas y otras moléculas con efectos cardiosaludables y microbicidas. Así lo ha destacado Francisco Javier Redondo Calvo, coordinador de Investigación, Docencia y Formación de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real que participa junto a varios miembros de la Unidad de Investigación Traslacional en las jornadas científicas organizadas en Las Pedroñeras con motivo de la Feria Internacional del Ajo.
Una cita “inmejorable para hablar de las propiedades de un producto único de nuestra región que nos permite avanzar en ciencia con el sello de Made in Castilla-La Mancha”, ha subrayado Redondo.
Bajo el título ‘Dieciocho años en extractos científicos: del Helicobácter Pylori al shock séptico’, la Feria Internacional del Ajo incorpora la divulgación científica en base al producto regional con la presencia de especialistas de los hospitales de Ciudad Real, el Ramón y Cajal de Madrid, y expertos en Ingeniería Química de la Universidad de Castilla-La Mancha.
La primera fase del proyecto de investigación nace de la sinergia de científicos del Hospital Ramón y Cajal e ingenieros del Instituto de Tecnología Química y Medioambiental (ITQUIMA) para alcanzar un compuesto del ajo morado obtenido por liofilización, un proceso de desecado en frío que permite conservar las propiedades del producto y mantiene una elevada estabilidad química que facilita su aplicación en laboratorio.
Según ha explicado Francisco Javier Redondo, que forma parte del grupo de investigadores desde sus inicios, la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha a través del ITQUIMA “ha sido determinante, así como la apuesta que se ha realizado en los últimos años por potenciar la investigación y dar a conocer fuera de nuestras fronteras los avances que se están haciendo basándonos en la aplicación de extractos del ajo (ajo liofilizado y ajo negro), que ha sido patentado por ambas instituciones como punto de partida para las aportaciones al ámbito clínico”.
Existen varias líneas de investigación con la alicina. Los primeros estudios aportaron grandes esperanzas en tratamientos para la atenuación de la sepsis, respuesta inflamatoria del organismo ante una infección grave, tras un proceso de peritonitis. Otra línea de estudio está relacionada con procesos oncológicos y la forma en que la alicina responde como inhibidor a la proliferación de células tumorales en pacientes con cáncer de colon.
Posteriormente, se han abierto en colaboración con el Centro Regional de Investigaciones Biomédicas de la UCLM otras áreas de interés aplicando la alicina a procesos dermatológicos. El uso tópico del extracto de ajo y de un derivado de la fermentación de éste mejora la cicatrización de úlceras cutáneas, ya que los efectos microbicidas del ajo restauran la integridad de la epidermis y la dermis. De esta forma, se están desarrollando nuevos tratamientos basados en biomoléculas y xenobióticos, ha dicho Redondo.
Según el coordinador del equipo científico del Hospital de Ciudad Real, los estudios que se realizan desde la Unidad de Investigación Traslacional utilizando como base la alicina proponen usos innovadores del ajo en el ámbito clínico y multiplican el potencial terapéutico de los extractos naturales derivados del ajo morado de Las Pedroñeras, la variedad de ajo más rica en alicina que existe.