¿Cómo se traduce esto socialmente? De la utopía pasamos a una distopía caracterizada por los efectos nocivos que de la tecnología, y por ende de la ciencia, la cual si bien nos proporciona cotas más altas de progreso también puede servir como un efectivo medio de alienación y control social que acentúe la fractura social entre los ricos y poderosos y el resto de la población.
Dentro de esta sociedad globalizada caracterizada por la supremacía de una economía basada en la red, Internet o similar para entendernos, elementos como justicia social, igualdad, o sostenibilidad apenas tiene cabida. La precaria vida de la inmensa mayoría de la población se puede llamar sin riesgo a equivocarnos como de supervivencia. Películas tan conocidas e imprescindibles, totalmente ciberpunk, como Blade Runner de Ridley Scott, Gattaca de Andrew Niccol , Akira de Katsuhiro Otomo, Ghost in the Shell de Masamune Shiorw o incluso la fallida, en comparación con el cuento de William Gibson original, de Jhonny Mnemonic dan buena cuenta de ello.
Todo ello me viene a la memoria tras dos intensas semanas caracterizas por las controversias suscitadas por los recortes que se están produciendo en todos los lugares del mundo, y en nuestra comunidad están siendo especialmente drásticos, a raíz de la crisis originada en una economía cada vez más desregularizada ligada a una economía en las autopistas de la información.
Infoxicados como estamos de información sobre la crisis es fácil que pasen desapercibidas noticias preocupantes sobre la merma de a calidad de vida que se está produciendo para una cada vez mayor parte de la población, más allá de las consecuencias inmediatas que los recortes suponen en nuestro día a día, que ya de por sí son muy preocupantes.
Noticias como el más que posible fracaso de la conferencia sobre el cambio climático de Durban, y las nefastas consecuencias que tendrá a nivel de salud, desastres naturales hambrunas, o el informe de la OCDE que alerta de que en la década de mayor prosperidad económica se acentuaron las diferencias entre ricos y pobres, es decir, mayor economía no implica mayor bienestar social, están pasando desapercibidas.
Y son este tipo de noticias las que ponen de manifiesto que el bien común, ya sea el planeta en el que habitamos, los derechos que tan duramente nos han costado conseguir o la importancia de las políticas sociales como medio de progreso, están siendo supeditadas a una economía de la que participan, y enriquecen, muy pocos pero que afectan enormemente una inmensa mayoría de la población que sufre sus consecuencias sin tener nada que ver directamente con ella.
Volvamos al principio, el movimiento ciberpunk se puede entender, por tanto, cómo un pronóstico ficticio de una sociedad que por momentos parece que estamos construyendo a pasos agigantados: autopistas de la información, sociedades fracturadas, gobiernos títeres de los poderes económicos…. La sensación, siniestra eso si, de dejá vu es muy poderosa.
Bruce Sterling lo resume así en su hiperconocida cita: Cualquier cosa que se le pueda hacer a una rata se le puede hacer a un humano. Y podemos hacer casi cualquier cosa a las ratas. Es duro pensar en esto, pero es la verdad. Esto no cambiará con cubrirnos los ojos. Esto es cyberpunk.
Da que pensar. O eso espero.
Ruth García