Estas macrogranjas apenas crean puestos de trabajo, pero ponen en riesgo muchos otros, especialmente los relacionados con el turismo rural.
El proyecto cuenta con la oposición de gran parte de los habitantes del pueblo que, junto con personas de otras localidades, han mostrado su descontento a través de la plataforma change.org, donde iniciaron una recogida de firmas hace poco mas de una semana y que ya cuenta con más de 600 apoyos.
Para Carlos Gómez, portavoz de los afectados “En Priego estamos muy asustados con esta macrogranaja, puesto que agravaría el principal problema del pueblo: la despoblación. De ampliarse, solo se crearían dos puestos de trabajo, mientras se pondrían en riesgo decenas en el sector turístico. Los vecinos que han plantado cara al proyecto, consideran que tendría graves consecuencias por los malos olores que desprenden este tipo de instalaciones. Las pequeñas empresas de hostelería, hospedaje y turismo multiaventura se verían afectadas ya que ahuyentarían a los turistas que se acercan a disfrutar de un entorno natural inigualable y que, entre otros atractivos, pueden elegir realizar la Ruta de la Ribera del Río Escabas y la Cerroya, que pasa a escasos 600 metros de la granja”.
Según declaraciones de Daniel González (ganadero, coordinador de la campaña contra el porcino intensivo en Cuenca y miembro de Ecologistas en Acción-Cuenca) “Los ganaderos que respetamos la tierra, estamos en contra del modelo intensivo para la ganadería. Estas macrogranjas no son más que instalaciones industriales de producir carne, muy impactantes, al margen de los ciclos biogeoquímico, el equilibrio ecológico y el respeto por los animales. Todo lo contrario a lo que aporta la ganadería extensiva, que mejora la fertilidad de la tierra, permite un mayor bienestar animal y se complementa con la agricultura sostenible".
La granja proyectada tendría 7.000 cerdos, un número muy elevado de animales. De hecho, la propia normativa que regula estas explotaciones (RD 324/2000) establece como máximo 6.000 animales, salvo que la Comunidad Autónoma apruebe por causas justificadas ampliar este número un 20%.
Este proyecto de explotación porcina se suma a muchos otros que están en proyección en Torrejoncillo de Rey, Cañete, Fuentes, dos en Carboneras de Guadazaón, dos en Villarta, Saélices, Vellisca, Mira, Villamayor de Santiago, Almonacid del Marquesado, Tarancón, Cardenete, Iniesta, Pozorrubielos de la Mancha y Villanueva de la Jara.
De llevarse a cabo estos y otros proyectos, buena parte de la provincia de Cuenca se podría convertir en una nueva área de macrogranjas porcinas, con los problemas que ello genera, como lo son ya distintas comarcas de Aragón o Cataluña, donde buena parte de los acuíferos superan ampliamente los 50 mg/l (límite legal) de concentración de nitratos, haciendo que el agua no sea potable.
Gran parte de responsabilidad por esta proliferación de solicitudes para la construcción de granjas intensivas la tiene la Junta de Castilla-La Mancha, que desde el año pasado financia parte de la inversión para la instalación de explotaciones de porcino de cebo, con hasta 100.000 Euros por puesto de trabajo, cuando hasta la fecha nunca lo había hecho.
Por ello los ecologistas exigen a la Consejería de Agricultura Desarrollo Rural y Medio Ambiente, que deje de subvencionar la ganadería industrial e intensiva, ya que es un modelo insostenible, que apenas crea empleo y que incrementaría la despoblación de los pueblos. Y que apoye de forma decidida la ganadería extensiva que ha demostrado su sostenibilidad durante siglos.